Voy a decir unas palabras que probablemente hasta que no leas estas líneas no caerás: Ya estamos en Semana Santa. ¿Y qué hace de especial estas fechas señaladas en el calendario en rojo? En el peor de los casos nada, y será un día más, y en el mejor de los casos es que tendrás unos días de descanso y de relax para entretenerte con la familia, los amigos… o no.
Si eres de los míos estarás en casa delante del ordenador y haciendo todo tipo de cosas poco productivas y quizás de dudosa legalidad, buscando ese pequeño estímulo en forma de película o juego que te entretenga lo suficiente como para no plantearte el sentido de la vida, y que mejor estímulo que hablarte del que probablemente sea uno de los mejores juegos indie de los últimos años: FTL.
FTL, o Faster Than Light para los más puristas, es un simulador de vuelo espacial del cual te enamoras al poco de conocerlo. Es como la amiga fea pero simpática que acabas descubriendo que es tu media naranja y hace que te preguntes una y otra vez dónde ha estado toda tu vida. Y la amiga fea es un buen símil en este caso porque, reconozcámoslo, FTL no te va a entrar por los ojos. No utiliza tecnología que acabe en “plus” ni necesita un ordenador con chorrocientos gigas de RAM para poder siquiera mover el ratón, no. Todo son bonitos y eficientes píxeles como antaño, emulando la época dorada de las recreativas o a las primeras consolas que entraron en nuestros comedores para quedarse. Gráficos arcaicos pero terriblemente entrañables y encantadores que nos recordarán una y otra vez que no hace falta anunciarse en televisión para ser un buen juego.
El planteamiento es muy sencillo. Llevas una nave interestelar a la cual puedes bautizar como quieras (Voyager, Sputnik, Halcón Milenario…) que debe avisar del golpe de estado de los rebeldes a la flota y prepararlos para el ataque. Para ello debes ir de sector en sector hasta llegar a la galaxia dónde te esperan. Cada sector es único y puede desencadenar eventos tan dispares como una tormenta solar, el ataque de unos piratas o el abordaje de unos esclavistas. Unas situaciones que deberás abordar con pericia, tu nave y la ayuda de tu fiel tripulación la cual debes mantener sana y salva. Un viaje donde la elección de nuestros movimientos y mejoras es crucial para la supervivencia.
Y es en las elecciones donde el juego enseña todo su potencial. Recordando a esos juegos de rol de mesa, cada decisión tiene consecuencias imprevisibles. Rescatar a un colono atrapado en un planeta puede traer consigo a un valioso miembro de la tripulación, como a un perturbado psicópata que disfruta asesinando a tu tripulación. Perdonar la vida de un pirata espacial puede conllevar un botín enorme, como unas míseras palabras de agradecimiento. Elecciones y decisiones que afectarán al progreso de tu partida hasta que llegues al final o mueras. Si, has leído bien. Morir. Si tu nave explota, tu tripulación muere, o los rebeldes consiguen su objetivo, deberás empezar de cero, con otra nave (Voyager II, Sputnik II, Halcón Centenario) y otra tripulación que tendrá que aprender de nuevo el funcionamiento de tantas luces y manivelas.
Si finalmente te he convencido y estás decidido a pasar las horas libres de tus vacaciones intentando avisar al Imperio de la llegada de los rebeldes, estás de suerte. En la página oficial el juego podéis encontrarlo rebajado a 4,99$ (3,08 €), poco más de dos cafés. La compra incluye un código para activar vuestra copia en Steam y alimentar ese síndrome de Diógenes que no sabías que tenías.