Al mediodía de ayer, Bonoso Muñoz Santiago, a sus 92 años, volvió a vestir a Nuestro Padre Jesús Nazareno Rescatado, como ha hecho desde 1965 y como sigue haciendo para los días grandes de todos los años. Este día lo es, porque hoy el Señor empieza el quinario y al viernes siguiente, como manda la tradición, estará en besapiés para que lo visite un interminable río de personas. Lo que él no sabía es que se le vestía para un cumpleaños, para un día señalado a fuego en la historia de la imagen de Cristo más venerada de Córdoba.
Bonoso hizo ayer lo que se hace siempre. Su mujer había lavado y conservado la peluca que desde ayer lleva el Señor, y también la camisa, la prenda blanca que va debajo de la túnica, limpia y perfectamente preparada. Se pusieron sobre la imagen de rostro abatido y manos poderosas que conoce de cerca tantas plegarias y oraciones. Encima, la túnica morada.Puede servir de ejemplo para contar la historia de la imagen que hoy cumple trescientos años en una casa que no se entiende sin Él. Mucho antes de que Bonoso vistiese su túnica nazarena, el 24 de febrero de 1713, el Señor Rescatado llegó hasta la iglesia que hoy conocemos como de los Padres de Gracia. Era la primera procesión de su historia, y la hizo desde la casa del Vizconde de la Puebla hasta la que siempre sería su iglesia.El Rescatado guardó para los siglos el nombre de Fernando Díaz de Pacheco, cordobés de entre los siglos XVII y XVIII, que hizo obras para algunas iglesias y que recogió lo mejor de la reciente escuela sevillana. Su iconografía y su advocación no eran ninguna novedad. Hacía pocos años que se difundía la devoción a la imagen que hoy se venera en Madrid como Jesús de Medinaceli, y que los trinitarios descalzos habían rescatado en 1682 junto con un grupo de personas en el actual Marruecos. Díaz de Pacheco hizo una imagen que seguía la iconografía de aquella otra, de escuela sevillana, pero con acento y personalidad propia en el rostro y las manos.
Cofradías anteriores
El Rescatado no se hizo para salir en procesión, o al menos no para una cofradía de penitencia, pero pronto atrajo la devoción de los vecinos de la zona, entonces en el límite oriental de Córdoba. En 1771 ya tenía una cofradía, pero pocos años después desapareció. Eran malos tiempos, porque la Semana Santa padecía una crisis que eclosionó con el decreto de Trevilla en 1820.
Para el Rescatado, sin embargo, sería el comienzo de una nueva etapa. Cuando las procesiones del Santo Entierro se organizaron, a mediados del siglo XIX, la imagen empezó a participar en ella, aunque no tuviera cofradía y aunque le acompañaran luces de otras hermandades. Fue al final de la Guerra cuando empezó todo.
Bonoso vistió la túnica en una de aquellas primeras salidas, «hace 70 años», y no la dejó hasta hace poco, cuando las fuerzas le fallaron para el esfuerzo de seguir al Señor. En 1965 se hizo cargo de la tarea de vestir a Jesús Rescatado, y fue hermano mayor entre 1973 y 1977. Por su relato pasa la trayectoria de la hermandad y enseña una foto con la Virgen de la Amargura, todavía mirando hacia arriba, antes de que la tocara Cerrillo. «La hicimos para que fuera con el Señor y al final, con toda la devoción que tiene, hubo que poner a la Virgen delante, abriéndole camino, porque tras el Señor iba mucha gente», relata, mientras recuerda el ritual de quienes le siguen: «Desde por la mañana hay gente, pero al mediodía comienzan a empujarse delante de la puerta».
Vivió la restauración, que Miguel Ángel Pérez hizo en el año 1991, y superó la exigente prueba del devoto: «Lo refrescaron un poco, pero sigue igual». Y el momento en que el viejo paso de Castillo Ariza dio su sitio al actual, de José Carlos Rubio. «Es bonito que vaya costaleros, el movimiento», resume.Se retiró al fin tras vestir al Señor. «La túnica de la duquesa es más bonita, pero la que tiene bordados del traje que le donó el torero le queda perfecta», dijo al dejar el camarín barroco en que habita una de las eternas devociones cordobesas.
El Rescatado comienza hoy su quinario y el día 1, primer viernes de marzo, será el besapiés, por el que pasarán miles de personas. Este año, su cofradía celebrará el 300 aniversario del Señor con un besamanos extraordinario, el primero de su historia, el 29 de noviembre, y el día después, una procesión a la Catedral.
Fuente: ABC Córdoba