Se trata de un libro cortito que comporta dos libros en uno. Cada página se encuentra partida en dos. Una mitad superior donde se refleja el libro propiamente dicho; y una inferior en la que Hrabal incluye frases de sus obras más queridas.¿Qué decir? Nos encontramos ante una obra fundamental para conocer al Hrabal bebedor pero lúcido, depresivo pero esperanzado. Al Hrabal personaje, que observa el mundo como ente imparcial que acumula imágenes de todo cuanto acontece ante sus ojos, y que considera que el mundo es un sinsentido que no es capaz de comprender.Tan solo es capaz de entender aquello que no entiende, y se da cuenta de que todo lo que sabe es no saber nada y que lo único que lo define es aquello que no ha hecho y no ha dicho.Hrabal nos sorprende con su fuerza y su pensamiento, a veces difícil de aceptar pero que, aun así, no puede sino seducirnos por la belleza con que construye sus frases.Estamos ante un escritor que se abre ante su público. Un hombre que nos muestra una mesa repleta de botellas de vino como su Sancta Sanctorum del pensamiento. El lugar donde mejor desarrolla sus ideas.La obra está dividida en varias partes en las que el autor, o bien diserta sobe algún tema a raíz de su afán observador, o bien se sumerge en su vida para contarnos algo más a fondo de su persona, al tiempo que lo acompaña, como no, de sus impagables impresiones. No dejará de mencionar a algún amigo o personaje importante como por ejemplo Zweig o Nietzsche. Me ha sorprendido conocer algunos detalles al respecto de su opinión hacia ellos pero, sobre todo, la opinión que le merecían sus propias novelas y como alguna de las que consideraba sus peores, son para mi las mejores.
De nuevo con el vino: que sea corto no quiere decir que no esté rico. De hecho, lo está.Es un vino de color granate muy vivo, con un ribete violáceo brillante que lo hace muy atractivo y una capa media de intensidad.En cuanto al sabor, decir que se abre en la boca mostrando frescura y potencia. Se aprecia el sabor a frutas rojas maduras y se percibe un tono espaciado procedente de la edad y un toque a regaliz final en la boca. Presenta cierto carácter balsámico que refresca la garganta, aunque quizás no sea un vino para todos los públicos pues su porcentaje alcohólico (14,5%), lo hace algo potente (aunque no se aprecia el alcohol tanto como pudiera parecer teniendo en cuenta la graduación), carnoso y algo astringente al final del trago. Un vino para acompañar asados o una buena carne poco hecha o, ¿por qué no? también una buenas legumbres con carácter.
Por otro lado, y volviendo al libro. Se me olvidaba mencionar la segunda parte. En la parte inferior de cada página, nos encontramos con fragmentos de novelas que gustaban a Hrabal, como Yo que he servido al rey de Inglaterra, Bodas en casa, o Tierno Bárbaro. Fragmentos escogidos por el autor y que no hacen sino acercarnos más a su obra y abrirnos el apetito por ella, si no lo teníamos ya.
Finalmente no puedo sino recomendaros esta joyita de Bohumil Hrabal, aunque creo que no es fácil de conseguir. Yo lo cogí de la biblioteca pues creo que está descatalogado. Si podéis haceros con este LIBRO no lo dudéis, es una auténtica delicia leer a Hrabal en estado puro.En cuanto al vino, en esta ocasión no os lo voy a recomendar. No es malo, al contrario, es bastante bueno pero quizás sea un poco fuerte para algunos paladares. Bueno, probadlo vosotros mismos y ya me diréis. Rico está, desde luego, pero...