Hssoua Belboula {El desayuno}

Por Cocinamarroqui


"Lloraba la muerte de mi tío junto con algunos chicos. Ya no lloraba sólo cuando me pegaban, o cuando perdía algo. Ya había visto llorar también a otros. Era la época del hambre en el Rif, la sequía y la guerra.
Una tarde, no podía detener mis lágrimas de tanta hambre que tenía. Chupaba y rechupaba mis dedos. Vomitaba sólo saliva. Mi madre me decía, para calmarme:
- Cállate, vamos a irnos a Tánger. Allí hay pan en abundancia. No lloraras más por el pan cuando estemos allí. En Tánger la gente come hasta saciarse. ¿Ves a tu hermano? Él no llora.
Dejaba de llorar cuando veía su cara pálida y sus ojos hundidos. Pero la paciencia que me infundía el mirarle no duraba mucho.
Cuando llegó mi padre, me encontró llorando y entonces empezó a darme patadas y puñetazos.
- ¡Cállate, hijo de puta! ¡Cállate! Comerás antes que tu madre, bastardo."
                                                                                  El Pan Desnudo Mohamed Chukri         

Hssoua Belboula     
La cebada (belboula) es muy utilizada en la cocina marroquí. La Hssoua Belboula, es una sopa a base de cebada, presente sobre todo en los desayunos a la entrada del frío. Se puede cocinar dulce o salada, en la versión dulce, se añade mantequilla y azúcar y en la salada, nuestra preferida, se adereza con sal, comino y un buen chorro de aceite de oliva, en este caso, también le añadimos aceite negro (de aceitunas). Un desayuno muy popular, que se suele acompañar con huevos fritos, flotando en aceite de oliva y como no... aceitunas negras. Todo ello, se acompaña de un buen pan bereber.
Ingredientes
250 g de cebada  (belboula)
2 litros de agua
3 cucharadas de aceite de oliva
1 cucharada de sal
2 cucharaditas de comino
2 tazas (1/2 litro) de leche
2 cucharadas de mantequilla
1 lata pequeña  De leche evaporada
Preparación:
Lavamos bien la cebada, cambiamos varias veces el agua en un recipiente, repetiremos la operación hasta que el agua, deje de estar turbia.
Mezclamos en una olla no muy grande los granos de cebada, el agua, el aceite, la sal y el comino. A fuego lento, cocinamos durante media hora o bien hasta que veamos que toma forma de gachas y los granos estén tiernos. Debemos remover continuamente a fin de que no se enganche. Una vez finalizado y con el fuego parado, añadimos la leche, la mantequilla y la leche evaporada. Daremos la consistencia que más nos guste añadiendo más o menos leche. A partir de aquí, optaremos por hacer la versión dulce o salada. Si optamos por la salada, añadiremos un buen chorro de aceite de oliva y serviremos con sal y comino.
Los huevos... huevos son, fritos al gusto. Probarlos con comino, la especia fetiche para los huevos, tanto fritos, como en tortilla o cocidos.
Un buen te a la menta y ha empezar el día con energía.

Mis desayunos con Mâjid

Los desayunos en Marruecos, son simplemente espectaculares, podemos optar entre cientos de versiones diferentes y de diferentes procedencias, en los meses fríos, estos, gozan de una paleta interminable de posibilidades, desde sopas, pasando por las alubias, la pastelería, los huevos en todas sus modalidades, panes de todos los granos, tartas de sémola, la famosa kalienti de la que os hablaré próximamente o los consabidos sandwiches de patata hervida y huevo duro... toda una bomba.

Pero no todo fueron tiempos de bonanza.Mi amigo Mâjid, con el que es un honor compartir mesa en cualquier cafetín del Zoco Chico de Tánger, es el mejor compañero con el que empezar el día. Siempre contando historias y vanagloriándose de haber sido gran amigo de Chukri.-¿Te gusta la balboula? -siempre me pregunta cuando ve que la pido.-Sí, no está mal para desayunar... es diferente.-Pasé mi niñez. comiendo y cenando balboula, un día tras otro, un mes tras otro, la odio, juré no volver a probarla. Mejor el pan con aceite y los huevos...Y una vez más, de memoria, me repite pasajes de la obra de Chukri, como esta con la que empezaba la entrada.En Marruecos, los desayunos, son simplemente espectaculares, con balboula o sin ella.