Huacachina: sandboarding y relax

Publicado el 28 noviembre 2014 por Flaviaaroundtheworld @FlaviaATW
El oasis de Huacachina es conocido por todos los peruanos, al menos porque aparece en los billetes de 50 soles. Se encuentra a cinco kilómetros de Ica, en medio del desierto costero de Perú. Y como buen oasis, está lleno de vegetación, aunque cada vez más escasa debido a que cada vez van más turistas y se necesita más espacio para hoteles.

Oasis de Huacachina

Para llegar a Huacachina desde Nazca, hay que coger un bus hasta Ica. Viajamos con la compañía Peru Bus por 12 soles. El viaje no dura mucho y no se hace pesado. Desde ahí la mejor opción es coger un taxi que te lleve los cinco kilómetros hasta Huacachina. A nosotros nos costó 7 soles. Una vez ya en el oasis, nos alojamos en el albergue Banana Adventure. Aquí tuvimos que coger dos habitaciones dobles con baño compartido. El albergue tiene un ambiente muy juvenil, con una piscina a la entrada, un bar al lado y una zona de relax con mesas y hamacas. También hay restaurante y todas las noches hacen barbacoa. Como no me acordaba de lo que pagamos, he escrito al hostel y me han dicho que ahora cada noche que reserves tienes una actividad (sandboarding, BBQ o paseo por los viñedos) incluida en el precio de la habitación y el desayuno. Se puede reservar por hostelworld y por lo que me parece el precio ha subido. Seguramente sea porque se está volviendo uno de los alojamientos preferidos en el oasis, porque incluye el desayuno y porque incluye las actividades.

El albergue

Llegamos sobre las tres de la tarde al nuestro destino de relax. No pudimos hacer el sandboarding el mismo día porque ya estaba todo reservado. Así que desgraciadamente nos tuvimos que quedar en la piscina relajándonos y bebiendo unos deliciosos zumos ¡qué suplicio! Nos vino muy bien para descansar de la paliza de viaje a Nazca y para que se recuperaran un poco Pablo y Noe.

Leyenda de Huacachina

A parte del sandboarding no hay mucho más que hacer aquí. La vuelta al oasis se hace en cuarenta minutos siendo generosos. Curiosa es la leyenda sobre la creación del oasis, gracias a las lágrimas de una princesa rubia llamada La que hace llorar (Huacca China).
El sandboarding se hace siempre por la tarde, a partir de las cuatro para que no te achicharres en el intento. Normalmente los hostales de Huacachina ofertan el el precio de la habitación esta actividad.

Buggy de fabricación casera

Primero se va por las dunas con unos buggies de fabricación casera de varias personas. Nosotros lo compartimos con una pareja de sudafricanos y otra de polacos. Lo primero es subir la adrenalina yendo a toda leche por las dunas para arriba y para abajo. Para muestra un botón (mira el vídeo de abajo con gritos y todo incluidos)

Después de ya estar a punto, nos dieron las tablas de sandboarding, que son muy similares a las de snow, pero más básicas.

Nuestro equipo de sandboarding

Bueno, y aunque parezca fácil no lo es. El único que lo hizo bien desde el principio fue el chico polaco, que parecía que lo había practicado toda la vida. Aquí os dejo el video con mi primera vez, pero será casi igual para cualquiera que no haya usado una tabla como estas (o de nieve) en la vida.
En las siguientes dunas, yo y casi todos, decidimos tirarnos de cabeza sobre la tabla porque era más divertido y cogías más velocidad.

Una pofesional del sandboarding

No sé por cuantas dunas nos tiramos, la verdad que perdí la cuenta. En total la actividad dura unas dos horas, hasta la puesta del sol. Y si no te retrasas mucho tirándote por las dunas, los conductores te llevan a ver la puesta de sol. Cosa que nosotros no pudimos ver.

En el buggy

Yo en esta actividad me rompí los pantalones por el culo y se me metió arena en la cámara y ya dejó de funcionar... Parece que mi destino es comprarme una cámara por viaje. Pero no me importó demasiado, me lo pasé tan bien que mereció la pena.

BBQ en el Bananas

Ya por la noche, David y yo nos apuntamos a la BBQ (Pablo y Noe todavía no estaban al 100%). Como casi todos los días en el Banana's hay fiesta hasta las doce de la noche, luego, el que quiera, puede continuar en alguno de los bares del oasis. Los dueños te llevan sin problema. Y esto es lo que dio de sí nuestra estancia en el oasis, un buen sitio para pasar un tiempo de relax y divertido.

El oasis


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