Y es que ese era el Huaral de antaño, un pueblo donde todos nos conocíamos y donde a pesar de las divergencias terminábamos todos juntos disfrutando de alguna buena fiesta en el Club Social, en el Escolar ó en la Federación Bancaria, un pueblo donde la cortesía y la amabilidad iban de la mano con el cotidiano andar y crecimiento de esa pujante sociedad, donde cada domingo los abuelos con traje se encontraban por la plaza después de la misa a conversar y donde nuestros padres continuaban la tradición pero ya con otros estilos ó modas.
Un pueblo donde existía el atractivo singular de tomar taxis en autos de los años 50′s reliquias todas que convertían a Huaral en una especie de pueblo añejado, moderno pero nostálgico a la vez, ¡Como me hubiera gustado ver aún esos autos allá y verlos mejor aún convertidos en un tremendo atractivo turístico! pero bueno, hay que evolucionar dijeron algunos y no se percataron del potencial existente ahi.
Hoy en día Huaral ha crecido una barbaridad, cuenta con casi 100,000 habitantes (distrito de Huaral), lamentablemente el crecimiento ha sido desmedido y ni la ciudad, que aún se mantiene como pueblo, ni sus servicios se han adecuado a este crecimiento dando paso al desorden y a la tugurización, pareciera que no existiese un plan catastral que planifique el crecimiento de la ciudad y que la pueda adecuar a las nuevas exigencias; los servicios básicos como el agua y el desagüe son lamentablemente ineficientes, ya en el siglo XXI no podemos permitir que el 32.4% de la población no tenga acceso a algún servicio de necesidad básica.
Y es que, como lo dije antes no ha existido planificación alguna, inclusive en determinar u orientar los sectores productivos, Huaral es un pueblo netamente agrícola, hoy en día, si bien este sector se mantiene a la cabeza en los niveles de empleo con un 25.2%, el sector comercial ya esta casi a la par con un 20.6% y el sector transporte ha crecido considerablemente y ya se coloca en el tercer lugar con un 11.5%; por ejemplo, el crecimiento del sector comercial, si bien es cierto responde a fundamentos de economía de mercado, ha crecido desordenadamente al punto de verse reflejado ese desorden en la calidad de los productos y servicios. Es increíble, por ejemplo, que en una sola cuadra se puedan encontrar hasta 10 farmacias, no quiero imaginar los niveles de rentabilidad de estas.
Pero lo que me parece sumamente extraño es que siendo la agricultura el sector económico más grande de la zona, el sector manufacturero industrial llegue sólo al 5.6% y es que en Huaral no existe un incentivo para la creación ó implementación de plantas de agroindustria, ¿Se imaginan que parte de esas frutas y verduras de calidad que son cosechadas en nuestro pueblo se conviertan en productos terminados como mermeladas, jugos, vinos, licores, pulpas, etc y todos producidos en Huaral? ¿Se imaginan las fuentes de empleo que eso crearía en el pueblo?
El turismo en Huaral puede llegar también a convertirse en una excelente fuente de empleos, hay mucho por explotar, desde un circuito gastronómico, hasta un circuito turístico de aventura, desde contemplar unas hermosas y maravillosas ruinas hasta pasar agradables momentos de esparcimiento los fines de semana, todo esto es posible y atractivo cuando existe orden y organización, cuando se hacen las cosas coherentemente y con visión de futuro.
Bueno pues, es lamentable que nuestro querido pueblo haya sido mal administrado, años sumido en la corrupción, en el corto placismo, en las lides políticas tratando de imponer sistemas caducos de administración que sólo han llevado atraso a Huaral, años donde la improvisación a llevado a Huaral a convertirlo en un pueblo con altos índices de criminalidad, donde los sinvergüenzas piensan que rompiendo vidrios y amedrentando a la gente van a imponer sus malas costumbres.
Huaral debe recuperar esa tranquilidad que lo caracterizó por años, debe recuperar esa mística de pueblo pequeño donde la amabilidad y la cortesía se imponían a la gresca improductiva, donde amigos y enemigos terminaban estrechándose las manos y pasándose un vaso de cerveza, donde las mujeres y los mayores eran siempre respetados y donde se vivía un clima de paz, donde sus autoridades eran reconocidos e ilustres huaralinos que daban su vida y labor para mantener nuestro pueblo así.
Hoy los requerimientos son muchos pero con orden y un plan a largo plazo Huaral puede volver a ser el de antes, nuevos personajes se incorporarán, nuevos vecinos vendrán pero todos debemos entender, y más aún los foráneos, que Huaral es un pueblo de paz y de orden y que sólo así se van a lograr las oportunidades de empleo que todos buscan.