Si una huelga general debe paralizar toda España, empezando por Madrid como imagen del país, la de este jueves se quedó en minihuelga, aunque las televisiones, amantes de los espectáculos apocalípticos, hicieran creer que hubo un gigantesco paro nacional.
Ha cambiado tanto el mundo desde los tiempos de las grandes huelgas generales que los sindicatos de ahora se conforman con una huelga pequeñita pero que parezca grande al ser una telehuelga: hacer creer que paran el Estado aportando imágenes de piquetes paralizando algunas empresas que representan un porcentaje mínimo de la actividad económica.
Los redactores-jefe de las televisiones habían sido alertados el día anterior para que enviaran las cámaras a los lugares donde mandarían los piquetes para la ecológica quema de neumáticos.
El cronista recorrió la mañana del 29 buena parte de Madrid, a la vez que en las televisiones aparecían imágenes de algunas empresas con las puertas bloqueadas por piqueteros.
La ciudad mantenía su vida como cualquier otro día, pero esa imagen de normalidad no la presentaban las televisiones, metidas entre los aislados incidentes.
El paro parecía mayor porque Telemadrid estuvo muchas horas “en negro” como si todos sus empleados se negaran a trabajar, cuando sólo fue la minoría que tiene las llaves de la antena.
Cierre que pagarán todos, menos los sindicalistas de contrato blindado, porque la presidenta de la Comunidad, Esperanza Aguirre, quiere privatizarla.
Si esto ocurre muchos empleados serán despedidos. Los compradores no serán patronos paternales, y los blindados serán sus primeros aduladores.
Ha sido una telehuelga parcial. Hecha para las televisiones, mientras todos los comercios alejados de la Puerta del Sol, centro de operaciones huelguísticas, estaban abiertos.
Igual que los centros comerciales, incluyendo el primero construido en la ciudad, La Vaguada, plagado de gente, aunque con poco dinero: se han sumado la crisis y el fin de mes.
La gran manifestación de última hora fue una más de tantas que se dan constantemente en Madrid. De Madrid decía Antonio Machado en plena guerra civil:
"¡Madrid, Madrid; qué bien tu nombre suena, /rompeolas de todas las Españas! /La tierra se desgarra, el cielo truena, /tú sonríes con plomo en las entrañas".
Ahora no hay plomo, pero si gente plomiza.
------
JAMES SKINNER
Un artículo en español del excelente narrador británico residente en España en el que analiza la situación de nuestro país.
-------
SALAS
----------
Y otros manifestantes pacíficos, extraídos de la web Le Figaro