Los profesores de la enseñanza pública secundaria madrileña afirman que van a la huelga contra los recortes de fondos en educación de Esperanza Aguirre, pero resulta que los colegios de esa Comunidad tienen este curso más profesores que nunca.
Son huelguistas entre el 40 y el 75 por ciento --sagún la Comunidad o los convocantes-- de los alrededor de 21.000 profesores de institutos, que tienen 235.000 alumnos a su cargo. Una media de 11,2 alumnos por profesor.
Pero no la siguen la protesta los casi otros tantos de la enseñanza concertada y privada, con más alumnos por profesor y que le cuestan a la Comunidad la mitad que los de la pública.
Comparando ambos sistemas, con subvenciones muy superiores la pública, la enseñanza concertada debería ser perdedora en la valoración de los padres, y más cuando un tercio de los centros madrileños ya son bilingües.
Pero no. La mayoría, que se sacrifica para pagar parcialmente esos colegios privados, está más satisfecha que los padres de la pública.
Situación que favorece el proyecto del PP de que públicos y privados compitan, quizás proyectando llegar al “cheque escolar”.
El problema para el futuro de la pública es que los profesores son funcionarios que, aprobada una oposición, tiene la vida resuelta. Muchos son trabajadores y unos cuantos perezosos.
En la privada no se puede ser perezoso ni liberado sindical. Desde 2008 los colegios privados y concertados de Madrid, tradicionales o creados por maestros cooperativistas, incrementaron sus nóminas, como reconoce incluso el gochista cercano a los antisistema Público, en 2.056 docentes, mientras que los públicos perdían 226 por la decisión de Aguirre de apoyar la competitividad.
La enseñanza concertada, subvencionada parcialmente por la Comunidad y compensada con las aportaciones de los padres, comienza a ser preferida, y la pública, preterida.
Quede constancia: Aguirre estudió bachillerato en el elitista Colegio Británico, no subvencionado. Y Rubalcaba en el también elitista Colegio del Pilar, cuna de líderes políticos, los “Pilaristas”, concertado y subvencionado. Nada de enseñanza pública.
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SALAS