En una zona interior, en un hueco donde el agua se queda atrapada con las avenidas, y con el agua algún que otro ser vivo, una capa de fino limo cubre todo el entorno. Ya no quedan peces en la poca agua que aún no se ha evaporado, ya que las garzas patrullan cada uno de estos lugares y los esquilman de vida, acortando así la agonía de los peces que se quedaron atrapados. Tan sólo aquellos que son de gran tamaño quedarán expuestos al sol. En las orillas de estos lagos accidentales, se descubren las huellas de garzas, chorlitos y patos que llegan a aprovecharse de los animales atrapados. Igualmente, se ven muchas huellas de perros aquí y allí, ya que una zona tan próxima a la ciudad está repleta de viandantes que pasean con sus perros que inexplicablemente campan sueltos, no sólo en las zonas más urbanas del parque, sino que también van sueltos en las zonas más naturales. Entre las huellas de unos y otros, no son raras las de tejón, gineta o zorro, que son los mamíferos silvestres que más indicios de su presencia nos dejan. Al ser estos rastros archiconocidos, para un rastreador sólo queda la opción de buscar rastros más raros. Y con suerte encontré uno de estos rastros. Se trata del rastro de un zorro que se desplazaba al galope. En la foto se percibe un grupo completo de las cuatro huellas. Es en este tipo de marcha cuando mejor se marcan las características de las extremidades de los animales, y al aparecer las impresiones al completo, algunas personas confunden a sus autores ya que se salen de la norma. En este caso, podemos ver en primer lugar entrando por la izquierda, las huellas de la patas traseras, primero la derecha y después la izquierda. Al desplazarse a gran velocidad, estas huellas aparecen a gran distancia una de la otra. A más distancia a la derecha, aparecen las de las manos, primero la izquierda y después la derecha. En el galope, hay un momento en que ninguna de las extremidades del animal tocan el suelo y todas las extremidades trabajan a la hora de impulsar el cuerpo.
He visto en algún blog por la red huellas de zorro, en el que las manos han marcado los cinco dedos y el talón, y han sido expuestas como huellas de garduña, y en el caso de las de perro se han confundido con las de nutria. Conviene que veamos la gran distancia entre el grupo de las almohadillas principales y el del primer dedo y del talón, que marcan la diferencia con las de los mustélidos, generalmente más agrupadas.