Huelva vive etiquetada por sus innegables virtudes marineras, unas virtudes que la llevaron a ser víctima del abuso del "ladrillo" en la primera década de este siglo, y que hundieron un patrimonio natural de costa virgen, en horizontes de chalets adosados, edificios vacacionales, y hoteles de todo incluído. Hasta hace menos de 10 años se podían encontrar rincones o kilómetros de playas desiertas, y que hoy son playas urbanizadas, llenas de chiringuitos, y de policías motorizados poniendo normas al disfrute de los ciudadanos.
Otro de los estigmas de Huelva es vivir a la sombra de Sevilla, la gran Sevilla, que no sólo la provee de veraneantes, sino que además se apropia de sus valuartes, como puede ser la Virgen del Rocío, y su romería, monopolizando a veces de los hitos comunicativos de la fiesta.
También depende Huelva de las infraestructuras de transporte de Sevilla, punto indispensable de llegada para venir a esta provincia. Huelva no tiene aeropuerto, tiene muy mal servicio de tren, y está un poco aislada: sus visitantes están abocados a pasar por Sevilla. No obstante ello , los onubenses están lanzados a poner en valor su patrimonio de interior, ya que el costero es sobradamente conocido.
Los grupos de desarrollo Rural (GDR) de las cinco comarcas de la provincia se han mancomunado, y nunca mejor dicho, para hacer buen uso de unas partidas de Fondos Feder para poner en discurso 2.0 todo su potencial y probabilidades de sacarle provecho turístico a sus muchos recursos.
Sierra, Cuenca Minera, Andévalo, Costa y Condado acaban de lucir sus bellezas para un grupo de Blogueros de Viaje que acabamos de recorrer la provincia y comunicando en tiempo real lo que veíamos bajo el HT #DescubreHuelva. Este viaje de comunicadores on line se enmarca dentro de un programa de digitalización del patrimonio materiral e inmaterial de las comarcas y de las muchas acciones que están haciendo por allí para promocionarse.
La geología de la Gruta de las Maravillas
En Aracena
RECORRIDOComenzamos nuestra ruta en la Sierra de Aracena, visitando La Gruta de las Maravillas, un fenómeno natural de fracturas en la piedra que cuela el agua y convierte las filtraciones en estalactitas y estalagmitas. El ingreso está en el mismo pueblo, un pueblo blanco, señorial y burgués, que también es muy disfrutado por gente de Sevilla. Allí conocimos de la mano de Daniel Calleja las virtudes ambientales de esta zona, fuente de agua y proveedora de la misma a las capitales de provincia cercanas.
La estalactita en busca de la estalagmita
Luego conocimos uno de los mejores exponentes de la gastronomía local, a través de LuisMi López, que está aportando su experiencia, su arte y sus experimentos con los productos locales al restaurante del recién inaugurado Hotel Convento de Aracena, llevando a esta ciudad su experiencia en el ya afamado Arrieros.
La gracia de uno de los Lobbies del Hotel Convento de Aracena
LuisMi López
Al día siguiente nos dirigimos a la Cuenca Minera, a ver el Río Tinto , y a interiorizarnos del estado económico y sociopolítico de la zona que desde hace más de 100 años depende de la extracción de metales . Así pudimos compartir el alboroto y la alegría de saber que en breve, en menos de 30 días se comenzará a explotar nuevamente una parte de la mina.
Visitamos el Pueblo Inglés, supimos lo mucho que ha dejado socioculturalmente la implantación de la explotación de mano de los británicos, con sus luces y sus sombras, y conocimos cosas como que la primera cancha de tenis de España, se construyó allí, y todavía sigue en pie.
La primera cancha de tenis de España en el barrio de Bellavista
Luego nos dirigimos a hacer la visita más impactante de todo nuestro recorrido. En ello coincidimos con los compañeros blogueros, y hemos quedado absortos ante la belleza del paisaje de la Mina de Riotinto. Se puede visitar en un tren antiguo, que hace un recorrido de una hora y media, y que es francamente interesante, no sólo por el impacto visual de las montañas recortadas para su explotación, como por el inmejorable medio que es el ferrocarril para conocer este territorio.
De ahí nos fuimos a Ayamonte a tomar el barco que sube el Guadiana costeando la frontera natural entre Portugal y España. Interesante paseo que te permite interiorizarte de la realidad de una comarca limítrofe , no sólo por su marco natural, sino por lo que hace a sus costumbres e idiosincracia. Te enteras así de la fraterna relación entre los dos pueblos, de las afinidades familiares, de la fusión de lenguas y fogones, y de las situaciones novelescas de toda zona entre países, escenario de pirateo y trapicheos. Llegamos así luego de hora y media de navegación, al bello y desconocido pueblo de SanLúcar de Guadiana, un pueblo blanco que se vislumbra como faro y horizonte en este río que baja de las tablas de Daimiel hasta su desembocadura en el Atlántico.
La Maleta de Constanza en Sanlúcar de Guadiana
Este pueblo es el llamador para descender a conocer la comarca del Andévalo. Aquí , además de comer bien , se están recuperando cantidad de caminos rurales para senderísmo , y tuvimos oportunidad de probar uno a la vera del río.
De ahí nos dirigimos otra vez a Ayamonte a conocer su casco antiguo y a disfrutar de algunos tesoros como su Casa Grande, un modelo de casa gaditana trasplantada a Huelva, construida por un indiano que hizo su fortuna comerciando mercancías con las Américas. Aquí vuelves a tomar conciencia de la importancia de Huelva como Tierra de Descubrimiento, tierra de partida y destino de la nueva realidad que dio a España el hallazgo del territorio americano.
En la comarca de la Costa, tuvimos oportunidad de conocer recursos aún sin explotar del todo turisticamente pero ampliamente interesantes como son la Lonja de Pescado de Isla Cristina, y la insólita y revivida salina de ese municipio , que recoge también el ahínco de las personas por mantener vivos sus recursos naturales.
La última jornada transcurrió en la Comarca del Condado , una comarca popularmente conocida por tener a la Aldea de El Rocío en sus entrañas, pero que tiene matices tan estupendos como ser productora de vinos, y para mí absolutamente sobresaliente en ser escenario del Puerto de Palos, y de Moguer, lugares indispensables para conocer los viajes del Descubrimiento de América, y pueblos indispensables para conocer la realidad onubense desde distintas perspectivas socioeconómicas.
A los 14 blogueros que hicimos esta experiencia nos tocó visitar Moguer, y disfrutar de su belleza y armonía blanca. Su casas coloniales son un ejemplo de una época, una época de esplendor de burguesía vitivinícola, que decayó con la aparición de al filoxera, pero que dejó señas de poderío y buen gusto que hoy se pueden ver en este pueblo onubense. En ese contexto , destaca como experiencia la visita a la casa en que vivió el premio Nobel Juan Ramón Jiménez junto a su mujer Zenobia. Aquí además de ver sus objetos más queridos, se puede ver una recreación de su día a día, además de su enorme y nutrida biblioteca, sin olvidar las ondas que perviven del Centenario de Platero y yo que se celebró el año pasado.
Moguer
Las calles de Moguer
Evidentemente tomamos vinos del Condado, comimos jamón, gambas, langostinos y varios tipos de bichitos de mar. Sin olvidar , todas las variables que probamos de la carne del cerdo ibérico que pasta a sus anchas por las tierras de esta provincia extrema de España. Y de postre, de la naturaleza a la mesa, los fresones de Huelva.
Acabamos el recorrido en la Aldea de El Rocío, onírico lugar, mezcla de Far West y campo andaluz, a las puertas de Doñana, y que recibe todos los años la invasión y fama que le aporta la Romería que adora a la Vírgen.
Queda mucho por escribir de esta interesante iniciativa de los GDR de la provincia de Huelva, y sobretodo, detallar los innumerables recursos turísticos que se están poniendo en valor en todas las comarcas, para que Huelva sea conocida por algo más que su remanido recurso del Sol y Playa.
Proximamente en Mi Blog......