Huertos escolares para luchar contra la desnutrición

Publicado el 04 junio 2018 por Globalhumanitaria @Ghumanitaria

El pasado 28 de mayo se celebraba el Día Nacional de la Nutrición. Un día que pone el foco en la alimentación como base para tener una vida saludable. Según FESNAD, la Federación Española de Nutrición, Alimentación y Dietética, el slogan de esta jornada es “Este año, te llevamos al huerto”, y se centra en promocionar las frutas, hortalizas y verduras, con el fin de educar a la población sobre una dieta saludable y luchar contra la desnutrición.

Mientras una de las grandes preocupaciones de nuestra sociedad es la obesidad infantil, y la vuelta a la dieta tradicional y natural, en otros países la falta de recursos y de acceso a los mismos, hacen de la desnutrición infantil el principal problema entorno a la salud y la alimentación.

Según el Programa Mundial de Alimentos (PMA) el hambre es la mayor amenaza para la salud en el mundo por encima de la malaria, el sida y la tuberculosis. Son 800 millones de personas las que no consumen suficientes nutrientes para estar sanos y tener una vida activa, a pesar de que en el mundo se produce suficiente comida para todos.

Los motivos son en ocasiones situaciones de emergencia que provocan hambrunas y problemas de suministros, como son las guerras o las sequías. Pero el verdadero problema está en los factores estructurales. La producción de alimentos se convierte en un negocio, y busca el beneficio de unos pocos, por encima del derecho humano a la alimentación. La mala gestión de la industria alimentaria, poco sostenible, y el desperdicio de alimentos, son los factores más difíciles de rectificar.

Una vez más, la educación puede ser clave para rectificar muchos de los problemas que desembocan en una deficiente nutrición. En algunas comunidades se han ido introduciendo los huertos escolares con muy buenos resultados, y es que puede tener enormes beneficios, tanto en comunidades con inseguridad alimentaria como en comunidades con malos hábitos alimenticios.

El huerto escolar es el vehículo perfecto para la educación nutricional. Así, la observación y el trabajo en el huerto es el contexto adecuado para conocer la importancia de llevar una dieta variada llena de frutas, verduras y hortalizas ricas en nutrientes. Se trata de una plataforma para promover una buena nutrición, aumentar la conciencia medioambiental, y aprender valores.

En algunos países como Bolivia, el huerto está concebido como un espacio didáctico, donde no sólo se aprende a cuidar y trabajar el huerto, sino que sirve de entorno educativo para las materias curriculares y transversales como la equidad, el trabajo en equipo, o la higiene.

Además, la producción de alimentos en el huerto escolar ayuda a proveer a los comedores de alimentos saludables, contribuye a la seguridad alimentaria e incluso a la economía local. En muchos casos, el huerto escolar trasciende de la comunidad educativa, e involucra a toda la comunidad, ofreciendo capacitación y trabajo colaborativo, dando recursos a padres y madres para obtener sus propios alimentos y para luchar contra la pobreza y la desnutrición.


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