Vamos a hacer unos increíbles huevos de hielo que nos permitirán pasar un rato divertido con nuestros pequeños aprovechando el calor del verano. Aunque parezca una idea simple, comprobaréis la gran acogida que tiene por parte de los niños y, es más, el rato largo que disfrutarán con ello hasta que se deshiele el huevo.
Para conseguir estos fantásticos huevos de hielo tan solo necesitamos:
- Globos (pueden ser de cualquier tamaño, todo depende de su imaginación)
- Figuras de animales de juguete pequeñas (o cualquier figura de sus hijos que quieras que “nazca” del huevo)
- Agua
Ya estamos listos para prepar nuestros huevos de hielo
El primer paso es meter con cuidado el animal dentro del globo. Podemos meter animales normales, cebos de vinilo para pescar, dinosaurios, etc. Si primero hinchamos un poco el globo, se dilata el cuello y la figura entrará más fácilmente. Si podemos elegir un animal o juguete que sea de un material un poco elástico o blando (como la goma) entra más fácilmente que uno rígido. Si solo disponemos de animales rígidos, debemos ir con cuidado al introducirlos dentro del globo, ya que se rompe con facilidad.
Una vez tengamos el animal dentro, llenamos el globo con agua. No hay que llenarlo demasiado, ya que una vez congelado pesa bastante y se vuelve parcialmente opaco. Si el globo es muy grande y el animal pequeño, quizás no lo veamos una vez congelado.
¡Ahora ya los podemos meter en el congelador y a esperar!
Un consejo: no los metáis en algún rincón que encajen muy justos, porqué al congelarse, el agua se dilata y el globo aumenta de tamaño. ¡Podemos encontrarnos con un huevo atascado en el congelador!
Finalmente, cuando esté totalmente congelado (tarda unas horas), podemos dárselo a nuestros pequeños con el globo intacto o “pelado” (a vuestra elección), con auténtica apariencia de huevo. En el interior se ve el animal, pero éste no será accesible hasta que se haya descongelado la mayor parte del huevo. Esto permitirá al niño estar entretenido un buen rato mirando cómo se descongela poco a poco su animalito hasta que finalmente sale del huevo de hielo y pueda empezar a jugar con él. Además, ¿por qué no aprovechar la circusntancia y explicarle los animales que nacen de un huevo?
Es un buen recurso para aprovechar aquellos juguetes que tenemos tirados por casa y que nuestros pequeños no les hacen ni caso. Si de repente se los encuentran dentro de unos huevos de hielo, recuperan la ilusión y pasan un buen rato con un juguete totalmente nuevo. También podemos aprovechar cualquier otros juguetes con el tamaño adecuando, además de figuras de pájaros, dinosaurios o algún animal que nazca de un huevo para recrear la naturaleza y ¡conseguirlo a partir de uno de un juguete, un globo y un poco de agua!
¡Qué lo disfrutéis!