Sigo dando la murga con las setas, pero es que estamos en plena temporada y como decía Oscar Wilde: La mejor manera de vencer la tentación es sucumbiendo.
El rebozuelo o cantarela (Cantharellus cibarius) es una seta que se encuentra en la sombra de las coníferas -encinas, alcornoques, robles...- y su nombre alude a la forma de copa o trompeta del hongo. Su color varía del amarillo pálido al anaranjado.
Hoy las he preparado como acompañamiento a uno de los platos preferidos de los españoles: los huevos fritos en aceite de oliva virgen. El placer ha sido total.
Para 4 personas:
- 8 huevos
- 3 patatas
- 200 g de rebozuelos frescos
- aceite de oliva virgen extra
- una trufa (opcional)
- sal y pimienta
Se pone una sartén grande con un dedo de aceite a calentar mientras se van pelando las patatas. Se lavan y se cortan en láminas no muy finas. Se fríen a fuego no muy alto en la sartén.
Se lavan las setas, pero con poca agua. Intenté con un pincel quittar las agujas de las coníferas y la tierra, pero estaban muy pegadas y no me quedó más remedio que pasarlas brevemente por el grifo.
Se pone otra sartén con una pizca de aceite y se rehogan las setas cortadas en trozos. Se escurren las patatas cuando estén fritas y se sazonan con sal y pimienta recién molida.
Se utiliza el aceite de freír las patatas para freír los huevos, con su puntilla. Se emplata el conjunto, disponiendo el lecho de patatas, las setas y encima el huevo (o los huevos). Se espolvorea con trufa picada y se degusta inmediatamente.