Ingredientes:
Huevos (1 o 2 por comensal, no hacer muchos de una vez)
Sal (media cucharadita para 2-3 huevos o una cucharada para 5-6 huevos)
Pan (para mojar y no parar)
Preparación:
En un cazo de tamaño ajustado a los huevos que vayamos a preparar ponemos agua a calentar hasta que empiece a hervir. Entonces añadimos la sal al agua. Ahora bajamos el fuego a temperatura media para que el agua no hierva con tanta fuerza y metemos los huevos en el agua hirviendo con ayuda de una cuchara para no quemarnos. Los dejamos cocer de 3 a 5 minutos, según lo grandes que sean los huevos o cómo nos gusten de crudos, lo ideal es con la clara cuajada y la yema líquida. Pasado el tiempo de cocción los pasamos ligeramente por agua fría para cortarles la cocción, pero sin que lleguen a enfriarse, y ya podemos degustarlos, servidos en hueveras para que cada uno vaya rompiendo la cúpula del huevo y echando un poco de sal conforme se va adentrando en él, y mojando migas de pan en la yema. Para los que no quieran comerlos en hueveras o no dispongan de ellas, se pueden servir los huevos ya rotos y vaciados con ayuda de una cucharilla en un pequeño cuenco, y salar al gusto. El pan por supuesto que no falte, se sirvan como se sirvan.