Reporteros sin fronteras informa del atropello, una grave patología de la comunicación pública, por el que no parecen estar muy interesados los medios españoles e internacionales.
via rsf-es.orgEl presidente venezolano anuncia por televisión que, en breve, su gobierno se convertirá en accionista mayoritario del canal privado Globovisión
El presidente de Venezuela Hugo Chávez anunció el 20 de julio de 2010 que su gobierno se convertirá dentro de poco en accionista mayoritario de Globovisión, canal de televisión privado muy crítico con el régimen. El jefe del gobierno cuenta recuperar las acciones de algunos directores del canal, lo que le permitiría tener bajo su poder 48,5% de ellas.
El gobierno adquiriría 20% de las acciones de Globovisión que poseía Nelson Mezerhane, presidente del Banco Federal, que fue intervenido en junio pasado, así como un 5,8% suplementario de acciones del canal que el banquero poseía a través de otra empresa, reveló el jefe de Estado el 20 de julio durante una ceremonia transmitida por televisión. El mandatario añadió que a esto se sumaría un 20% de las acciones, que pertenecía a Luis Teófilo Núñez, uno de los fundadores del canal fallecido en 2007, que “recuperará el Estado”. De estos cálculos el presidente concluyó: “25,8% más 20%, hacen 48,5%, ven a mí que tengo flor'', y aclaró que esta toma de control del canal de televisión por parte del Estado no constituye una expropiación, simplemente la voluntad del Estado de “incorporarse al negocio”.
De todos modos, hay un elocuente y documentado artículo en The New Republic, "Welcome to Censorship in the 21st Century", que hace referencia a RSF. Comenza así:
In August 2009, Hugo Chávez drew fire from international watchdog groups for his decision to shut down 34 opposition-minded radio stations and two local TV stations over supposed "administrative infractions."Reporters Without Borders issued a tough communiqué “vigorously condemning the massive closure,” while the Committee to Protect Journalists called the government’s official justification for the move a “pretext to silence independent and critical voices.” And Amnesty International pronounced itself “extremely concerned at the deterioration in freedom of expression in Venezuela.” Similar shutdowns in past years badly damaged Chávez’s democratic credentials abroad, undermining his claim to be a brave reforming force within Latin America. So, the question is: Why does Chávez continue to tarnish his international reputation by forcibly silencing his critics?
The reason, quite simply, is that shutdowns work. They have forced Venezuela’s independent broadcast media into a defensive crouch, making their self-preservation contingent on their self-censorship. (...)
Posted via email from Patologías de la Comunicación