Humanistas contra el nuevo ateísmo

Por Daniel_galarza
"A mi juicio, los ateos militantes son demasiado mezquinos con la religión. La mayoría de las doctrinas religiosas son efectivamente falsas (y muchas son absurdas), pero la religión ha tenido una función social destacable a lo largo de la historia de la humanidad, y es menester reconocerlo." Gabriel Andrade.

Tengo aproximadamente unos dos meses con este artículo en mis borradores. Por razones de trabajo y escuela (combinado con una fatiga que no me ha dejado escribir nada más allá que publicaciones de facebook y trabajos finales) no había venido para por fin acabar con éste, uno de mis artículos que seguramente me costará más ciber-amistades de las que en este momento me puedo imaginar. Sin embargo, en vista a las recientes polémicas, como el intercambio de opiniones entre Noam Chomsky y Sam Harris (aquí vea una opinión crítica hacia Harris), las "reflexiones" sobre los movimientos escéptico-ateos en Scientia Salon (aquí mi humilde opinión sobre este artículo), así como la inspiradora lectura de un bello ensayo sobre los 60 años de historia del ateísmo intelectual contemporáneo, decidí apresurarme a terminar de una vez por todas este humilde escrito.

Como muchos de nosotros sabemos bien, el nuevo ateísmo es el nombre popular en el que se engloban una serie de autores que se distinguen sobre todo por su agresividad en tinta y papel contra la religión organizada, la fe que sirve de fundamento al fanatismo y la irracionalidad anticientífica característica de toda creencia en lo sobrenatural. La mayoría de estos autores son reconocidos intelectuales, críticos sociales, científicos y filósofos. Entre los más destacados se encuentran el biólogo y divulgador Richard Dawkins, el filósofo de la mente Daniel Dennett, el difunto periodista Christopher Hitchens y el filósofo y escritor Sam Harris (los llamados jinetes del nuevo ateísmo). Otros nombres frecuentemente identificados como nuevos ateos: el biólogo Jerry Coyne, el difunto cosmólogo y filósofo Victor Stenger, el polémico biólogo PZ Myers, el filósofo de la religión John Loftus, el físico teórico Lawrence Krauss, el psicólogo Steven Pinker, el presidente de la Skeptic's Society Michael Shermer, el filósofo humanista AC Grayling, el comediante Bill Maher, el agresivo videoblogger Pat Condell y los activistas anti-islámicos Ibn Warraq y Ayaan Hirsi Ali, entre otros.

En 2013 Daniel Dennett comentaba que el nuevo ateísmo ha cambiado la manera de ver el tema de la religión en EEUU (yo diría que en buena parte del mundo también). El nuevo ateísmo, comentaba el filósofo, ha permitido que las personas se replanteen la cuestión de la validez de la religión; comentaba además que el número de ateos y defensores del estado laico ha ido creciendo cada vez más, asegurando que han sido las obras de él y sus colegas del nuevo ateísmo las que han hecho que muchas personas pierdan el miedo a hablar sobre su incredulidad religiosa.

Un aporte innegable del nuevo ateísmo es justamente el impacto que su discurso ha tenido en la sociedad para hacer que las personas dejen de ver el tema de la religión como un tabú o un tema que debe respetarse en nombre de la "buena educación", mientras que en el mundo se cometen crímenes contra la humanidad motivados y/o justificados en rituales, creencias e instituciones religiosas. También es cierto que el nuevo ateísmo ha llegado a ser una bandera formidable de la divulgación científica y el pensamiento crítico (lo que no necesariamente significa que divulgar la ciencia desde el ateísmo sea una buena idea), haciendo que cientos o miles de personas en el mundo se vean atraídos por los temas de la biología, la cosmología, la física teórica, la geología, las ciencias sociales y la filosofía.

La militancia del nuevo ateísmo, a diferencia de la militancia de cualquier religión, se ha mostrado siempre agresiva con las ideas y dogmas de las religiones, más nunca contra las personas que profesan estas creencias que así se las inculcaron desde niños. Se ha hecho una indudable defensa de la racionalidad, el pensamiento crítico, así como los valores morales, los derechos humanos y las enseñanzas de la Ilustración. Con todo, y aunque el nuevo ateísmo busca llegar a las personas comunes (incluidos los políticos) más que a los círculos intelectuales, numerosos académicos de distintas especialidades (desde la filosofía de la religión hasta las matemáticas) han lanzado una serie de críticas a los autores de este movimiento. Críticas buenas en veces y horrendos hombres de paja en otras ocasiones.

Como era de esperar, teólogos y apologistas crean rebuscadas refutaciones a las afirmaciones de los nuevos ateos, junto con algunos estudiosos que parecen no entender que el nuevo ateísmo es más un movimiento activista que una disciplina para estudiar la religión o una ideología política que busca poner de acuerdo a sus simpatizantes en un mismo credo secular. Entre las críticas que convendría darles una revisada (un par de minutos) y luego ignorarlas se podrían destacar las del teólogo y sofista William Lane Craig, el apologista Dinesh D'Souza,  el teólogo John Haught, el teólogo (traumado con Dawkins) Alister McGrath, el filósofo tomista Edward Feser, el periodista cristiano Chris Hedges, el teólogo modal Alvin Plantinga, el filósofo Thomas Nagel, el apologista cristiano Peter S. Williams, el [pseudo]historiador de la resurrección Gary Habermas, el matemático y apologista John Lennox, e incluso algunos de los hombres de paja de Noam Chomsky.

Sin embargo, también hay buen material que vale la pena mirar con atención (lo que no significa que todo lo que se diga en éste sea acertado en todo) serían el humanista Tom Flynn, el escritor Reza Aslan, la historiadora de las religiones Karen Amstrong, el psicólogo Jonathan Haidt, el matemático y divulgador Amir D. Azcel, el filósofo (nietzscheano) Steve Neumann, el antropólogo Jack David Eller, los psicólogos Scott O. Lilienfield y Rachel Ammirati, el filósofo Alain de Botton, el biólogo David Sloan Wilson, la filósofa Martha Nussbaum, el periodista científico Chris Mooney, el filósofo (feyerabendliever) Ian James Kidd, el autor del Skeptic's Dictionary Robert Todd Carroll, y el filósofo de la ciencia Philip Kitcher, entre otros. Por el momento no nos concentraremos en las críticas de estos pensadores (si alguien está interesado puede seguir los enlaces).

Las críticas variadas se pueden resumir en tres posturas que se complementan unas a otras, expuestas por tres destacados humanistas de nuestros días: el filósofo de la biología Michael Ruse, el escéptico y filósofo Massimo Pigliucci y el padre del humanismo secular Paul Kurtz. Mientras que uno mira al nuevo ateísmo como una nueva fuente de pensamiento mágico, otro analiza la pobreza filosófica de sus principales autores, mientras que el último problematiza sobre una alternativa que no sea tan negativa para el público general.


Michael Ruse: el nuevo ateísmo ¿una nueva religión?
Uno de los principales críticos del nuevo ateísmo, casi desde sus inicios, es el filósofo de la biología Michael Ruse. Autor, junto a Stephen Bullivant, del Oxford Handbook of Atheism y fundador de la revista Biology and Philosophy, Ruse es un destacado biofilósofo con críticas bastante incómodas para los nuevos ateos, con dedicatoria especial a Richard Dawkins. De acuerdo a Ruse, algunos autores hacen el ridículo al hablar de temas que no conocen, tal como demuestra Dawkins  en El espejismo de Dios (según nos dice Ruse); Dawkins  hace una vulgar refutación de las vías tomistas, mostrando que de filosofía medieval este biólogo no sabe nada (algo que ni el mismo Dawkins ha contradicho, claro) y que por tanto, no tendría por qué hablar de lo que no sabe. Pero la crítica no termina aquí.

En 2011 Ruse publicó un provocativo artículo en The Hoffington Post, titulado "Is New Atheism a Religion?", en el que problematiza sobre una serie de cosas que le hacen pensar que aquel que afirme que el nuevo ateísmo es otra forma de religiosidad no está del todo equivocado. ¿En base a qué es capaz de decirnos esto? Ruse nos dice de manera implícita que no se está refiriendo  los ideales que dicen defender los nuevos ateos, sino que se concentra en lo que sucede con la audiencia que sigue a estos autores, su forma casi fanática de agredir verbalmente a aquel que no esté de acuerdo con lo que aseguran y la notable admiración (casi adoración) de las figuras principales del nuevo ateísmo por parte de sus seguidores.


"Mi conclusión es que si alguien argumenta que los nuevos ateos tienen una religión -o tal vez mejor, que son religiosos (a causa de su ateísmo)- no pienso poder decirles que están completamente equivocados."

Uno de los puntos más interesantes en su crítica es el de la cuestión sobre el creacionismo del diseño inteligente. Ruse es un defensor de la enseñanza de la evolución y la separación entre Iglesia y Estado. Es un duro crítico de las pseudociencias, incluyendo el diseño inteligente. Pero mira los aportes del nuevo ateísmo en este terreno como negativos. Autores como Richard Dawkins, Sam Harris y Vic Stenger aseguran básicamente que los conceptos sobrenaturales tales como el de "Dios" son en realidad hipótesis científicas refutadas. La religión pues, sería una clase de "mala ciencia." Pero las leyes (refiriéndose a EEUU) no prohíben en sí la enseñanza de "mala ciencia" o de hipótesis refutadas, sino que prohíbe la enseñanza de las creencias religiosas en las escuelas públicas. Al causar esta confusión entre conceptos científicos y conceptos religiosos, nos dice Ruse, además de hacer auténtica mala ciencia, los nuevos ateos pueden causar daño a la defensa de la educación científica (sobre esta crítica entre la confusión de conceptos volveremos más adelante).

Ruse afirma que la conexión entre ciencia y ateísmo, que con frecuencia hacen los nuevos ateos, puede ser igualmente perjudicial para la defensa de la enseñanza científica:

Si enseñar "Dios existe" es una enseñanza religiosa -y lo es-  entonces ¿por qué enseñar "Dios no existe" no sería una enseñanza religiosa? Obviamente está enseñando religión. Pero si la enseñanza de la ciencia en general y el darwinismo específicamente implican que "Dios no existe", entonces la enseñanza de la ciencia en general y el darwinismo específicamente ejecutan un golpe contra la Primera Enmienda.
Las opiniones de Ruse no han pasado desapercibidas por los nuevos ateos, teniendo un historial de controvertidas respuestas a sus críticas de parte de Richard Dawkins, Jerry Coyne y PZ Myers. Es bien sabido que entre los seguidores del nuevo ateísmo Ruse es conocido como un "acomodacionista", o un ateo que piensa que es posible la conciliación entre ciencia y religión. Sin embargo, esta es una etiqueta injusta para describir las opiniones de Ruse (aunque él mismo la acepta), ya que como buen ateo, este biofilósofo considera que lo sobrenatural no tiene cabida en las explicaciones científicas. Lo que Ruse nos dice, es que es perfectamente posible que exista un ser humano que posea una cultura científica intachable y a la vez profese alguna religión sin ser idiota, malvado o ignorante, tal como muchos seguidores del nuevo ateísmo afirmarían. Un ejemplo de este tipo de seres humanos, serían el genetista Francis Collins o los científicos que trabajan en el Vaticano. Otros más serían los ateos "acomodacionistas" como los biólogos, español y mexicano respectivamente, Franciso J. Ayala y Antonio Lazcano Araujo.

Otro punto a destacar del "acomodacionismo" de Ruse, es que este es capaz de identificar entre los humanistas trazas de espiritualidad, tal como lo ejemplifica con el entomólogo y sociobiólogo E. O. Wilson. La espiritualidad en Wilson se observa en el hecho que éste cree abiertamente que un humanismo evolutivo sería un sustituto de la religión, buscando algún tipo de significado de sus vidas respaldado objetivamente. A diferencia de este tipo de espiritualidad que podríamos decir está bien justificada, Ruse se siente enfermo al ver que otros, como Dawkins y demás personalidades similares, muestran un lado negativo de religiosidad, haciendo que en el nuevo ateísmo se vean síntomas del verdadero creyente: la intolerancia (verbal), el culto a la autoridad, la certeza de estar en una verdad moral, y la condena de justicia propia de los no creyentes (si usted es ateo, pero no está de acuerdo con lo que los nuevos ateos afirman, entonces seguramente es idiota o ignorante).

Véase más:  Los artículos de Michael Ruse: "Is New Atheism a Religion?" en el HuffPost Religion; "Has Humanism become a religion?" en Aeon; "Why I think the New Atheism are a bloody disaster" en la sección "Science and the Sacred" de la Fundación BioLogos; "Dawkins et al bring us into disrepute" y "Why Richard Dawkins' humanists remind me of a religion"en The Guardian.

Massimo Pigliucci y la decadencia cientificista del nuevo ateísmo

Si usted busca un "peso pesado" contra el nuevo ateísmo, seguramente lo encontrara en el biólogo y filósofo Massimo Pigliucci, reconocido por su defensa de la enseñanza científica y filosófica, sus aportes a la promoción de la síntesis extendida en biología y por ser un destacado filósofo de la pseudociencia (término inventado por el nombre de su más reciente libro, editado junto a su alumno Maarten Boudry: Philosophy of Pseudoscience). Pigliucci, al igual que Ruse, es un destacado filósofo de la biología con comentarios que han hecho que los nuevos ateos se pongan rojos del coraje en varias ocasiones. Las controversias que ha sostenido con autores como Víctor Stenger, David Silverman, PZ Myers, Richard Dawkins y sobre todo con Sam Harris y Jerry Coyne, han mostrado un gallo de pelea digno de respeto.

En 2013, Pigliucci publicó un artículo académico en la revista Midwest Studies in Philosophy, titulado "The New Atheism and the Scientistic Turn in the Atheism Movement", en el que hacía una crítica sistemática de los supuestos y afirmaciones que manejan algunos de los principales autores del nuevo ateísmo, tales como Dawkins y Harris. Para Pigliucci, casi todos los autores del nuevo ateísmo (con excepción de algunos, como su colega Daniel Dennett) son un claro ejemplo del anti-intelectualismo al ser tan poco sofisticados en su conocimiento sobre filosofía y la confusión de problemas filosóficos con problemas científicos (crítica bastante parecida a la de Michael Ruse). Pero Pigliucci, a diferencia de Ruse, diagnostica la principal afección del nuevo ateísmo: el cientificismo.

El nuevo ateísmo, nos dice Pigliucci, no tiene nada nuevo más allá de la actitud exageradamente cientificista de sus principales voces y la adoración de los seguidores hacia estos, haciendo que las "superestrellas" del nuevo ateísmo sean casi intocables. Pigliucci pues, concluye que el nuevo ateísmo es un "fracaso conceptual" al ser confuso y nocivo para el entendimiento público de la ciencia, la filosofía y el ateísmo.

Los ejemplos más claros de un cientificismo extremo (y por tanto, una postura filosófica bastante deficiente) del nuevo ateísmo se encuentran, según Pigliucci, en Richard Dawkins y Víctor Stenger por un lado, y Sam Harris (junto a Michael Shermer) por el otro. Dawkins y Stenger defienden la idea conocida como "la hipótesis Dios", asegurando que el dios abrahámico puede mirarse como una hipótesis científica, y por tanto, es posible refutarlo en base a la evidencia científica. Sam Harris, por su parte, ha incursionado en la ética, asegurando que la clásica distinción definida por David Hume entre el "ser" y el "deber ser" resulta ser ficticia. Para Harris, los valores morales tratan sobre los hechos bien establecidos que causan bienestar social, hechos que son estudiados y descritos por la ciencia.


"No estoy acusando al [los autores del] nuevo ateísmo por ser populares. Obviamente lo son . Estoy acusándolos de que (algunos de) son pensadores descuidados cuando se trata de las implicaciones del ateísmo y de una visión del mundo científico."

En el caso de Dawkins, Stenger y demás , Pigliucci nos muestra que esta analogía con las hipótesis científicas es en realidad errónea y bastante ingenua. Aunque da crédito en que en base a conocimientos científicos bien establecidos es posible afrontar las reclamaciones religiosas como las de los creacionistas o los hacedores de milagros, lo cierto es que pensar que el dios personal de origen judío es una hipótesis científica, es tener una enorme confusión de conceptos en la cabeza. Primero que nada, los conceptos sobrenaturales son increíblemente vagos y, dado a que no suelen basarse en hechos sino en creencias aceptadas por la tradición, siempre es posible formular un "hueco legal" dentro de la argumentación que trate de negar dichos conceptos. Lo que es más, a la hora de establecer una crítica completa a un concepto sobrenatural dado, no solo se utilizarán conocimientos científicos, sino también argumentos filosóficos, algo que parece que Dawkins et.al. ignora.

Pigliucci pone de ejemplo el escenario hipotético en el que el universo hubiera sido creado apenas el jueves pasado por algún dios aburrido, que además implantó en la humanidad el falso recuerdo de toda una historia de descubrimientos en cosmología, geología, genética, paleontología, etc, los cuales dan muestra que el universo tiene varios miles de millones de años de antigüedad. En un caso así, importa muy poco que se tenga evidencia científica para defender la antigüedad del universo en miles de millones de años, ya que el hueco legal nos dice que esa evidencia, en realidad no demuestra con certeza que el universo sea antiguo. Solo nos demuestra que "así parece ser", pero no que "en realidad es así." ¿Qué se hace en un caso de estos? ¡Recurrir a argumentos filosóficos! Se invoca de inmediato la navaja de Occam, el naturalismo y el materialismo científico, el realismo y el cientificismo, pues se nos asegurará que dadas las evidencias, lo más simple de suponer acorde con éstas es que el universo en antiguo; el universo es cognoscible ya que opera mediante leyes que rigen fenómenos de naturaleza material, en el que lo sobrenatural sale sobrando para explicarlo y conocerlo; se nos dice además que este universo existe más allá de nuestra mente y que la mejor manera de conocerlo es utilizando la ciencia. ¡Eso es filosofía!, tal como Pigliucci identifica.

Con Sam Harris parece que ocurren confusiones similares. Pigliucci le reconoce a Harris la crítica que este último propina al relativismo cultural defendido por autores posmodernos y a la nociva afirmación de que la religión es la base de la moral. Pero reclama a Harris el no darse cuenta que la mejor arma contra estos enfoques es de tipo filosófico (filosofía científica, claro), no científico. Para Harris los juicios y valores morales son una clase de hecho, que por tanto pueden y deben ser objeto de estudio de la ciencia. Pigliucci ve en este razonamiento una clara falacia non sequitur, y como analogía utiliza las matemáticas: uno puede asegurar que en geometría euclidiana las propiedades de un triángulo son "hechos" bien establecidos, pero no necesitamos hacer investigación científica (refiriéndose a una investigación empírica) para saber que la suma de los tres ángulos de un triángulo da 180°.

Pigliucci prosigue con sus ejemplos, y de paso nos señala que en todo el libro que Harris dedica a su propuesta ética, The Moral Landscape, no hay un solo ejemplo de cómo la neurobiología nos ayuda a tomar una mejor decisión moral. Harris indica que la mutilación genital que se practica en algunas regiones del mundo a las niñas es moralmente incorrecto (o sea está mal), pero el estudiar los mecanismo neuronales sobre el dolor y las sustancias que el cerebro segrega a la hora que una parte del cuerpo es mutilado, no proporciona nada nuevo ni de valor a la conclusión moral que la mutilación infantil es moralmente incorrecta. De nuevo con la analogía de las matemáticas, es posible hacer interesantes estudios neurológicos y evolutivos sobre el razonamiento matemático, pero esto no hace que las matemáticas se vuelvan una rama de la neurociencia ni que esta última nos ayude a resolver los problemas en matemáticas.

Pero, ¿y si Harris tuviera razón? Pigliucci se cuestiona sobre qué pasaría si en un mundo posible, tomando por válida la idea de que los hechos científicos determinan los valores morales, se demostrara que golpear a los niños o a las mujeres, es benéfico para su salud o su inteligencia. ¿Estaría dispuesto Harris a asegurar que la violencia intrafamiliar sería entonces moralmente aceptable? ¡Desde luego que no! Y la razón de su negativa no tendría nada qué ver con los descubrimientos científicos, sino con una serie de principios y razonamientos filosóficos, tales como la dignidad humana, el respeto, la tolerancia y la integridad individual. Lo que Harris hace es confundir los tres tipos de cuestiones que se pueden formular sobre la ética: 1) las preguntas acerca del origen evolutivo de la conducta moral, campo de la biología evolutiva y la antropología; 2) las preguntas acerca de cómo funciona la conducta moral, campo de la neurociencia y las ciencias cognitivas; y 3) la última, las preguntas sobre cómo debemos pensar de manera moral y qué sistemas de razonamiento moral son los más adecuados para la convivencia social y el bienestar individual, campo de la filosofía, en especial de la ética y la meta-ética.

Las confusiones conceptuales que autores como Dawkins, Stenger y Harris presentan causan daño a la correcta divulgación de la ciencia y la comprensión de los problemas científicos y filosóficos, además que el enfoque cientificista ingenuo que presentan hace un flaco favor a la ciencia y al ateísmo. Ya ni hablar sobre las críticas a Jerry Coyne quien más de una ocasión ha mostrado una arrogancia fría contra Pigliucci, los jalones de orejas a Lawrence Krauss y Neil DeGrasse Tyson por sus afirmaciones sesgadas sobre el valor de la filosofía,  o los ad hominems que Pigliucci sufrió en 2011 por parte de Coyne, Dawkins y compañía por compartir artículos que criticaban a Christopher Hitchens. En fin, Massimo Pigliucci hace de "escéptico de los escépticos", algo necesario para evitar caer en aquello que se supone se critica: el dogmatismo y la adoración ciega de ídolos.

Véase más: los artículos de Massimo Pigliucci: "The New Atheism and the Scientistic Turn in the Atheism Movement" en Midwest Studies in Philosophy; "About Sam Harris' claims sciences can answer moral quiestions" en Rationally Speaking; "On Coyne, Harris an PZ (whit thanks to Dennett)" en Rationally Speaking; "The Undergraduate Atheists' Thesis" en Rationally Speaking; "Dawkins' "Delussion" discussed at American Atheists" en Rationally Speaking.

Paul Kurtz y el "ir más allá de la crítica religiosa"

El último humanista que propina sus buenas cachetadas al nuevo ateísmo no es otro que el padre del humanismo secular, el filósofo Paul Kurtz. El nuevo ateísmo, según Kurtz, es un lado de un extremo (el otro lado del extremo es el fundamentalismo religioso) que ha alcanzado una popularidad que eclipsa una opción más racional, tolerante y positiva: la del humanismo secular. En respuesta a esta situación, Kurtz se dio a la tarea de crear un nuevo manifiesto que pusiera en evidencia tanto a las deficiencias de la religión como al activismo negativo del nuevo ateísmo, mostrando su propuesta re-bautizada "Neohumanismo."

Kurtz, como los críticos anteriores, reconoce que el nuevo ateísmo ha tenido un impacto significativo en el debate público sobre la cuestión de Dios, y la crítica general a la religión. Pero eso no es suficiente, hace falta concentrarse en una propuesta positiva y constructiva. El nuevo ateísmo, aunque sí presenta una propuesta "positiva" (la de una Nueva Ilustración, con una sociedad secular que abrace la razón y la ciencia), es un punto que pasa casi inadvertido dentro del discurso de sus promotores.

Una idea de especial importancia, expresada a su vez en el "Neo-humanist statemen of secular principles and values" escrito por Kurtz, es que los nuevos ateos se declaran abiertamente anti-religiosos. Autores como Dawkins, Harris y Hitchens aseguran con elocuentes palabras que aún las posturas religiosas moderadas deben ser repelidas por representar una gran amenaza. De acuerdo a esto, adoctrinar a un niño en un credo religioso es un crimen contra la humanidad, algo que Kurtz, Pigliucci y Ruse consideran absurdo. Piense en esto: más de las dos terceras partes de la humanidad posee un credo religioso, con costumbres, ritos, santos, oraciones y demás, y que estos son transmitidos de generación en generación. ¿Considera que más de las dos terceras partes de la humanidad está abusando de sus hijos? Muy probablemente, usted fue adoctrinado en alguna religión cuando era niño. ¿Considera que sus padres abusaron de usted al adoctrinarlo? ¿Sus padres cometieron un crimen contra usted y contra la humanidad? ¿Los acusaría si dicho crimen estuviera penado por la ley?  Sinceramente, lo dudo bastante. Pero volvamos a las críticas de Kurtz.

Para este "neohumanista", no se trata de ser anti-religioso, sino que se tiene que ser no religioso, que no es lo mismo. No se trata de acusar a todo religioso de ser un delincuente abusador de niños, perpetrados del mayor virus de la cultura, sino de establecer alianzas y un diálogo racional con aquellos que, aún profesando algún tipo de fe, tienen la mente abierta y una capacidad de ponerse de acuerdo con no religiosos para la lucha de causas sociales. Esta es una actitud similar a la expresada por Carl Sagan.


"[Los humanistas seculares] no somos anti-religiosos, somos no religiosos. Criticamos la religión , pero no nos limitamos a culpar de todo a las religiones del mundo. Quiero decir que eso no nos llevará a ninguna parte."

Kurtz es un realista así como un hombre que mira las ventajas del pragmatismo. En un país como los EEUU (y como casi cualquier otro país del mundo) las personas religiosas son mayorías. Las comunidades religiosas son capaces de hacer grandes servicios a la sociedad en general, y una buena parte de estas comunidades son religiosos por tradición más que por convicción, interesados en la labor social y bastante de acuerdo con los postulados del humanismo. Kurtz, en su Neo-Humanist statemen, postula 16 recomendaciones que pueden verse como características de todo humanista secular, quien además es capaz de ponerlas en duda con el objetivo de despertar el debate racional y tolerante:

1. Aspirar a ser más incluyentes, apelando a ambos tipos de humanistas religiosos y no religiosos, y a los creyentes religiosos que comparten objetivos comunes.

2. Ser escépticos del teísmo tradicional.
3. Definirse mejor por lo que son, no por lo que están en contra.
4. Se desea utilizar el pensamiento crítico, la evidencia y la razón para evaluar pretensiones que reclaman ser conocimiento.
5. Aplicar consideraciones similares a la ética y los valores.
6. Comprometerse a un conjunto clave de valores: la felicidad, la actualización creativa, la razón en armonía con la emoción, la calidad y la excelencia.
7. Destacar el crecimiento moral (en especial en los niños), la empatía y la responsabilidad.
8. Defender el derecho a la intimidad (individualidad).
9. Apoyar la forma de vida democrática, la tolerancia y la equidad.
10. Reconocer la importancia de la moral personal, la buena voluntad y una actitud positiva hacia la vida.
11. Aceptar la responsabilidad por el bienestar social, garantizando varios derechos, incluyendo los de la mujer, los derechos raciales, étnicos y de las minorías sexuales; el apoyo a la educación, la salud y el empleo remunerado, y demás beneficios sociales.
12. Apoyar una economía verde.
13. Abogar por una defensa del pueblo, la protección al medio ambiente y la protección a otras especies.
14. Reconocer la necesidad de que los neo-humanistas participen activamente en la política.
15. Tomar posiciones progresistas sobre la economía.
16. Sostener que la humanidad necesita ir más allá del individualismo egocéntrico y del nacionalismo chovinista para desarrollar instituciones planetarias transnacionales para hacer frente a los problemas globales -tales esfuerzos incluyen un fortalecido Tribunal Mundial, un eventual Parlamento Mundial,  y una Agencia de Monitoreo Ambiental Planetaria que establezca normas para el control del calentamiento global y la ecología mundial.-

Entre las decenas de académicos, activistas y ciudadanos que firmaron dicho documento, se encuentran el filósofo Robert Todd Carroll, la escritora (última esposa de Carl Sagan) Ann Druyan, el escéptico y ex-presidente de la Fundación James Randi para la Educación, DJ Grothe; el filósofo de la ciencia Philip Kitcher, el filósofo de la religión John W. Loftus, el investigador escéptico Joe Nickell, el psicólogo Steven Pinker, el mago James Randi, el periodista científico Mario Mendez Acosta, el epistemólogo Mario Bunge... e incluso uno de los jinetes del nuevo ateísmo, el filósofo Daniel Dennett (a quien bien podríamos agregar a la lista de críticos, ya que también ha lanzado sarcásticos cuestionamientos a sus colegas jinetes, como a Sam Harris así como opiniones más constructivas sobre la educación religiosa).

El Neo-humanist statemen es una obra de lectura obligatoria, de reflexión y análisis críticos para cualquier interesado en el verdadero papel de la racionalidad y la cultura científica en nuestra sociedad, sin dejar de lado la crítica escéptica y sistemática de aquellas afirmaciones carentes de evidencias y coherencia, tal como las afirmaciones religiosas. A la vez, es un llamado para unir fuerzas, recordándonos que, antes que ser ateos o religiosos, todos somos humanos.

Véase más: "Neo-humanist statemen of secular principles and values" en el sitio oficial de Paul Kurtz; "Paul Kurtz- The New Atheism and Secular Humanism" episodio del podcast del Center for Inquiry, Point of Inquiry, grabado en Septiembre del 2007.

Como podemos notar, las críticas se centran más en la "práctica" que en la "teoría" que se "enseña" desde el nuevo ateísmo. Algo importante a destacar aquí, antes que aflore cualquier comentario ad hominem, es que estos críticos son tan ateos como Richard Dawkisn o Christopher Hitchens o cualquier otro autor del nuevo ateísmo. Sus críticas radican en la vaguedad y la confusión de los nuevos ateos con conceptos como los de Dios, ciencia, filosofía, o ética; se concentran también en las campañas negativas que incitan a la agresión y la intolerancia, volviendo al nuevo ateísmo casi un fenómeno religioso; y se analiza si de verdad el nuevo ateísmo es la alternativa que se buscaba a las creencias religiosas.

Con todo lo ya dicho, mantener una defensa doctrinaria del nuevo ateísmo solo perjudicaría los logros que éste ha tenido, tal como las campañas en contra de la discriminación a los ateos, haciendo "salir del closet" a aquellos que temen expresar sus dudas sobre la religión. El nuevo ateísmo es un movimiento social cuya influencia e importancia resultan imposibles de negar, pero es hora de cuestionarnos sus límites y lo que este nos puede enseñar sobre el pensamiento crítico, aplicándolo ahora al mismo nuevo ateísmo.

Un último punto más por aclarar (aunque luego de una lectura completa, espero salga sobrando), es que lo que aquí expongo es solo la síntesis de las variadas críticas que destacados escritores han realizado al nuevo ateísmo. Pero no critico el nuevo ateísmo en primera persona. Para ver una crítica mía al nuevo ateísmo (y al ateísmo en general... ojo, crítica constructiva) tendrán que esperar un ensayo que estoy preparando para Filosofía en la Red. Para ver algunas críticas propias dispersas en el blog, pueden dar click a mis artículos "La retórica del ateísmo", "Difundir la ciencia desde el ateísmo, ¿más mal que bien?",  "¿Por qué no me gusta ser ateo?" y en "La hipótesis Dios o el error de Dawkins" (junto a su segundo round).

SI TE INTERESA ESTE TEMA

*"Beyond New Atheism?", artículo de Caspar Melville, publicado en The Guardian, y traducido al español en el blog La Media Hostia bajo el título "La hora de dejar atrás el nuevo ateísmo."

* "The New Atheism and the Scientistic Turn in the Atheism Movement" ensayo de Massimo Pigliucci, publicado en  Midwest Studies in Philosophy. Altamente recomendable  también la réplica de Victor Stenger y la contra-réplica de Pigliucci. Algunos fragmentos fueron traducidos en el Blog de un ateo renacido (como se puede ver aquí y aquí).


*"60 Years On: Academic Atheist Philosopher The Now", por Graham Oppy, en el que se muestra la historia del ateísmo moderno desde sus inicios a mediados del siglo XX.