Comenzamos acercandonos a la aldea Karen de exiliados de Myanmar, donde un pequeno grupo de mujeres Kayan (las famosas mujeres jirafa) han sido toleradas en este area y han prostituido su aldea y tradiciones, convirtiendose aquello en un "antropologico" donde se comercia con artesania y se dejan fotografiar amablemente. Quizas es triste esta situacion, pero de este modo pueden sobrevivir sin la constante opresion de sus paises originales. Lo peor de todo, como siempre, es que no solo se han quedado ahi en modo museo, sino que algun misionero consiguio introducirles el cristianismo, y la construccion mas grande de la aldea es una iglesia con el crucifijo al fondo.
Tras eso, nos fuimos adentrando en la zona de montana, hasta entrar en la "zona de los elefantes", que ya no existen en libertad. Esta repleto de criaderos a los que llevan a pasear a algunos turistas; no estoy seguro de si tendran otra funcion en las comunidades de la zona. Alli, paseamos en elefante un rato y luego nos metimos a caminar por la montana. De nuevo, humedad y ejercicio, mi cuerpo suda incluso quieto, chorreo por todos los poros de mi piel y la sensacion es como si lloviese. Lo que mas rabia me da de esta situacion es que la camara la tengo que llevar bien guardadita en la mochila, no solo por el peso y la incomodidad al caminar, sino porque con tanta chorrera de sudor, puedo estropearla, asi que las fotos que aqui aparezcan son de un par de paradas en el camino (que fue precioso, entre campos de bambu, y colina arriba plantaciones de maiz de las aldeas de la zona). Llegamos a la aldea, cuyo nombre fue imposible de averiguar, y dormimos en una casa de una familia, donde nos dieron de cenar y vimos el atardecer.
Volviendo, ya colina abajo (aunque siempre sudando) pudimos banarnos en un par de cascaditas y luego hicimos un rafting algo aburrido hasta llegar al lugar en el que nos recogerian para de nuevo regresar a Chiang Mai, donde me encuentro esperando un autobus para Bangkok, donde creo que me quedare ya hasta mi vuelta.
Los dos dias un sol precioso.