Este puré de garbanzos tiene su origen en el Antiguo Egipto y su preparación era bastante diferente a lo que hoy en día se conoce, incluso en cada una de las regiones de Oriente Medio encontraremos una receta distinta. Yo os quiero enseñar mi receta, y para ello he sustituido la pasta tahini por aceite de sésamo y usado un poco de comino molido pues es la especia que combina a la perfección con los garbanzos. También hay quien una vez cocidos los garbanzos, los pela dentro del agua de cocción para conseguir una crema muy fina, pero creo que así tal cual tiene mucha más personalidad.
Si andáis escasos de tiempo, podréis usar la olla express u olla rápida para cocer los garbanzos; se cocinarán en la mitad de tiempo, o hacer trampa y usar garbanzos de bote..... ok, esta última opción es tan sólo una sugerencia!!
Ingredientes:
200 grs. de garbanzos
1 hoja de laurel
2 cuch. pequeñas de aceite de sésamo
2 dientes de ajo, pelados y aplastados
Sal marina
Pimienta negra, recién molida
6 cuch. de aceite de oliva y un poco más para añadir al final
El zumo de 1/2 limón
1 cuch. pequeña de pimentón molido
Un manojo de cilantro o perejil (sólo las hojas, partidas toscamente)
1 cuch. pequeña de comino molido
Elaboración:
La noche anterior ponemos en un recipiente grande con agua ligeramente salada los garbanzos para que hidraten (esto hará que se cocinen mejor).
Al día siguiente, echamos los garbanzos escurridos en una olla mediana con la hojita de laurel y cubrir con agua hirviendo, dejando cocinar a fuego medio aprox. 1 y 1/2 o 2 horas, o hasta ver que los garbanzos están tiernos, y vigilando que no falte líquido, agregando siempre agua caliente hasta completar la cocción. Dejamos enfriar y escurrimos de nuevo, pero esta vez guardando una taza de agua de cocción para más adelante.
En el procesador de alimentos o el vaso de batidora, echamos los garbanzos escurridos (dejamos unos cuantos aparte para decorar al final) y molemos junto con los dientes de ajo, un buen pellizco de sal y pimienta, comino molido, las cucharadas de aceite de sésamo, el aceite de oliva y el zumo de limón hasta obtener una pasta un poco espesa (si fuese necesario, agregar un poco de agua de cocción para aligerar la mezcla y evitar que nos quede demasiado apelmazada). Después probaremos el hummus para rectificar de sazón, añadiendo un poco de zumo de limón, sal y pimienta si fuese necesario.
Para terminar, vertemos el hummus en un cuenco y espolvorear con un poco de pimentón molido, las hojas de perejil o cilantro, según uséis, los garbanzos reservados en medio para dar un toque auténtico y un chorrito de aceite de oliva.
Sugerencias: El hummus lo podéis servir con tostas de pan crujiente, con pan naan, acompañando a brochetas de pollo, con verduras al grill, con cordero asado... etc.