Hush... Hush, sweet Charlotte

Publicado el 12 mayo 2012 por Cinehólico

Las primas Charlotte (Davis) y Miriam (De Havilland)

"Es mi misterio viviente favorito", le dice el periodista Harry Wills (Cecil Kellaway) que ha regresado casi  40 años después al lugar en el que Charlotte Hollis (Bette Davis) se presume asesinó a su amante. También ha vuelto su prima Miriam Deering (Olivia de Havilland) a "ayudarla" con la mudanza, pues la vieja propiedad sureña en Baton Rouge en la que vive,  debe ser demolida porque por esta pasará un puente.El recuerdo fantasmal de John Mayhew (Bruce Dern), la víctima, un hombre casado quien sostenía un romance secreto con la joven heredera, angustia  a la ya anciana solitaria que es cuidada por su fiel sirvienta Velma (Agnes Moorehead).En este film de 1964 del director Robert Aldrich, la locura, la culpa y la ambición desmedida se resuelven con cinismo y una alta dosis de miedo. La dupla De Havilland y Davis es minuciosamente equilibrada. Victimaria y víctima respectivamente,  son un plato exquisito en actuación. Cada una desarrolla su personaje lenta y efectivamente. De Havilland es tan malvada que aterra en algunos momentos. Davis se desmorona en fragilidad mientras el resto orbita a su lado: Joseph Cotten en el papel del Dr. Drew, amante y cómplice de la calculadora prima es casi parte del decorado. El terror psicológico que rescató del baúl del olvido a las grandes luminarias hollywoodenses tuvo en esta película uno de sus mejores ejemplos junto con ¿Qué pasó con Baby Jane? protagonizada también por Bette Davis al lado de Joan Crawford. La historia da hasta para Mary Astor se luzca en los pocos minutos en los que sale como la viuda arrepentida Jewel Mayhew entregando el as bajo la manga que develará el misterio hasta el final. Aldrich ante todo conoce el oficio y sabe mantener la atmósfera necesaria tanto en los detalles técnicos como en los actores,  para entregar un producto que se transforma en un clásico del terror de la época dorada de Hollywood sugerido PARA RECORDAR.Robert Aldrich fue uno de los grandes directores estadounidenses, también fue guionista productor. 1955 fue uno de sus mejores años. se ganó el Oso de Plata en Berlinale por Hojas de Otoño, y León de Oro en Venecia por The Big Knife.