Por Laura Leticia Valencia
A menudo, las películas de terror versan sobre monstruos fantásticos, sobre asesinos despiadados y gore, mucho gore. Get out, conocida como Huye en América Latina, del director y guionista Jordan Peele, muestra un terror peculiar, a la vez tan presente y tan invisible que es necesario recordárnoslo.
Ya no estamos en tiempos en que el racismo sea algo aceptable. Sigue siendo tan común como antes pero la hipocresía ha aumentado sus niveles. La corrección política carente de compromisos auténticos genera una nueva ola de ciudadanos, que reconocen la diversidad en público pero no la toleran en privado; de activistas de tuit que se desvían frente a la presión social.
Este tipo de terror, la locura de la vida en sociedad, es retratado en este filme. Es patente el tratamiento que se da a las apariencias: apariencia de respeto, de tolerancia, incluso de afinidad con aquellos que son distintos. En este caso, se centra en la situación de los negros en Estados Unidos pero es algo que encontramos todos los días: ya hay negocios que se dicen gay friendly, por ejemplo, que nos hacen ver lo mal que andan las cosas.
El pretexto de la cinta es una relación entre personas de distinto color, donde la familia de la chica devela diversos aspectos del racismo. El padre, carismático y extrovertido, es la cara amable y condescendiente. La madre, reservada y sagaz, tiene menor éxito en ocultar sus prejuicios. El hermano representa al racismo descarado, a la ausencia de tapujos. Pero todos ellos juegan un mismo juego, crean una dinámica donde la víctima se ve atrapada. Ello sin tomar en cuenta a sus conocidos y amigos, que pueden llevar sus tendencias a través de las extravagancias, de los clichés.
Si pensamos en esta película de manera lineal, quizá no nos encontremos con tantas sorpresas. En realidad, la trama es bastante predecible, a veces cómica. Su interés no estriba en cuántos saltos de la butaca puedes dar o cuántos giros argumentales encontrarás.
Su valor radica en una crítica, casi un chiste, hecho hacia el establishment. La convivencia de los privilegiados con los relegados suele darse en ambientes pacíficos, aunque los primeros arruguen las narices frente a los segundos. Si ahora se trata de un asunto de color de piel, podemos trasladarlo a la diferencia entre las clases sociales altas y bajas, o entre los profesionistas y los que practican oficios, por ejemplo.
Get out representa un momento especial en el cine de terror porque ha puesto en los ojos de millones de personas un problema acuciante, de una manera novedosa. Las criaturas nocturnas y las bestias nunca nos han dado tanto miedo como los miembros de nuestra especie, en nuestras contradicciones y manías. Ya dice alguien por ahí: el infierno son los otros.
Laura Leticia Valencia (Puebla, 1993). Editora y redactora para medios impresos y digitales. Estudió la licenciatura en Filosofía.