I Ching: algo más que un oráculo

Publicado el 06 octubre 2019 por Redespress60

No podemos caer en el error de que el I-Ching, es simplemente un oráculo, pues nos quedamos en la superficie de la cuestión ya que es un libro sabio y de conocimiento, donde hallaremos no sólo respuesta, sino también consejo. Hallaremos en él, versos que desde lo poético son muy bellos y que sin lugar a duda esconden profundas y valiosas enseñanzas…

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El hombre occidental acude al I Ching por intermedio de tres simples monedas para responder preguntas sobre sí mismo. El de oriente lo hace desde hace miles de años utilizando tallos de milenrama que forman lo que se conoce como “las diferentes líneas”, y que luego combinadas forman los famosos hexagramas. Sin ninguna duda fue uno de los textos que permitió a Carl Jung desarrollar su teoría sobre la sincronicidad, y lo consideraría una excelente herramienta de exploración del contenido del subconsciente.

El Libro de los Cambios

El I Ching -comúnmente traducido como “Libro de Cambios” o “Clásico de Cambios”- es un antiguo texto filosófico chino y uno de los libros más importantes de la literatura mundial. Es el más antiguo de los Cinco Clásicos del Confucianismo y ofrece sabiduría práctica para cualquier situación y ordenamiento del universo. Aunque el I Ching se usó originalmente para propósitos de adivinación, más tarde también se convirtió en una parte importante del sistema filosófico chino. La influencia del I Ching todavía se siente hoy en día como muchos conceptos que caracterizan la visión tradicional del mundo chino, incluidos el Yin y el Yang, el Qi y los Cinco Elementos se exponen en este texto antiguo.

Guarda en sus páginas una filosofía de vida basada en la observación y emulación de las fuerzas de la Naturaleza. Considera que las fuerzas que afectan a la Naturaleza y al Cosmos afectan a los seres humanos, ya que también somos Naturaleza y estamos hechos de lo mismo. Aquel que sigue la forma de actuar de la Naturaleza, encontrará la forma espontánea y natural de dirigir la propia vida, conociendo, como lo hace la Naturaleza, el momento apropiado para la acción o para la espera.

El I Ching se utiliza como una poderosa herramienta de transformación personal y espiritual. Encerrados en sus páginas se encuentran saberes ancestrales tan vigentes ahora como entonces, capaces de transformar la vida del consultante y ponerle directamente en contacto con su esencia y su propósito. Además de un libro de sabiduría Taoísta, es también un oráculo que describe la situación presente de quien lo consulta, expresa la dirección del cambio que ya está ocurriendo y aconseja la manera más natural de relacionarse con ese cambio. Al clarificar el presente y apuntar hacia la dirección del cambio, clarifica también el futuro. Es una herramienta oracular para alinearse con las fuerzas elementales de la naturaleza y ‘nadar en la dirección en la que fluye el río’.

Autoría del I Ching

Hay dos puntos de vista principales con respecto a la autoría del I Ching. De acuerdo con el punto de vista tradicional chino, el I Ching fue escrito por el mítico sabio rey Fu Xi, quien se cree que vivió durante la primera mitad del tercer milenio aC. La leyenda dice que los ocho trigramas se revelaron sobrenaturalmente a Fu Xi. En la época de Yu el Grande, un legendario gobernante chino que vivió hacia el final del tercer milenio aC., los ocho trigramas se habían convertido en los 64 hexagramas, que es la forma en que se organiza la estructura del I Ching.

Los ocho trigramas son símbolos que representan las combinaciones posibles de forma directa del Yin y el Yang; dónde la energía Yin es representada como una línea partida a la mitad mientras que la energía Yang es una línea continua. Al combinarse estas rayas se obtienen un total de ocho combinaciones posibles, cuatro para Yin y cuatro para Yang. Estos trigramas tienen su origen hace cerca de 4 mil años. La filosofía del Taoísmo nos habla de que el Tao es la fuente o raíz de todo el universo, del que nace el Yin y el Yang, que es la dualidad perfectamente balanceada. Cuando esta dualidad se divide se combina genera todo lo demás, los ocho trigramas, los elementos, los 64 hexagramas..

Otra visión en cuanto a su origen se basa en estudios académicos modernos, y sugiere que el I Ching se compiló en una fecha muy posterior, hacia finales del siglo IX aC., en el final de la dinastía Zhou occidental. Entre otras cosas, este punto de vista expresa dudas sobre la existencia del mítico sabio Fu Xi y sostiene que los 64 hexagramas son anteriores a los ocho trigramas. Además, en lugar de atribuir la autoría del texto a una figura histórica en particular, este punto de vista sostiene que el I Ching es una compilación de conceptos adivinatorios que estuvieron vigentes durante el período Zhou occidental.

¿Cómo se utiliza el I Ching?

Cuando consultamos el I Ching nos reconocemos como parte del flujo de la Naturaleza y entendemos que el Universo y nosotros somos un solo organismo. Los antiguos Taoístas consideraban que en su origen el Universo es la Unidad, el Uno, la Nada, Wu-Chi. Del Universo surgen dos fuerzas, Yin y Yang (o bien lo Receptivo y lo Creativo, lo Femenino y lo Masculino) y a través de su interacción se crean todas las cosas que existen, que los antiguos chinos llamaban ‘las 10.000 cosas’.

El I Ching muestra la interacción de ocho símbolos o trigramas que se derivan de los elementos de la Naturaleza: El Cielo- lo Creativo, La Tierra-lo Receptivo, El Viento-Lo Suave, El Agua-Lo Abismal, La Montaña-El Aquietamiento, El Trueno-Lo Suscitativo, El Fuego-Lo Adherente, El Lago-Lo Sereno. La interacción de estos trigramas genera 64 hexagramas que describen el curso de las 10.000 cosas. El I Ching es un libro que describe el estado de cambio y transformación constante de las 10.000 cosas y nos enseña entonces que el cambio es la única constante.

Los trigramas del I Ching describen ocho fuerzas naturales que generan transformación y explican cual es su utilidad, y como usarlas para generar transformación en uno mismo y deshacer estancamientos. La combinación de estos trigramas en los 64 hexagramas describe el camino a seguir para descubrir la mejor versión de uno mismo.

El I Ching se consulta utilizando cinquenta palitos (antiguamente tallos de Milenrama) o tres monedas. Se hace un numero de tiradas de los palitos o las monedas que van descubriendo una a una las 6 lineas que componen el hexagrama inicial. Este hexagrama se toma como respuesta descriptiva de la situación actual del consultante, y también su hexagrama opuesto como causa subyacente no visible y su hexagrama nuclear como causa central de la situación. El hexagrama inicial en algunos casos puede ser ‘mutante’ es decir que se convierte en otro, y este nos describe hacia donde se mueve la situación.

La complejidad del I Ching

El I Ching es de naturaleza críptica y muchas interpretaciones y comentarios sobre el texto fueron escritos a lo largo del tiempo. Según la opinión tradicional china, fue solo durante el reinado del rey Wu de Zhou (el fundador de la dinastía Zhou que vivió durante el siglo XI a. C) que se escribió la interpretación más profunda del I Ching. Se cree que el hermano del rey, el duque Wen de Zhou, escribió el Yao Ci (“Explicación de líneas horizontales”) que explica el significado de cada línea horizontal en cada hexagrama.

El I Ching empleó una forma de adivinación conocida como cleromancia, que implica el lanzamiento de lotes. La lectura de una persona puede realizarse de varias maneras, incluyendo el lanzamiento de monedas, el conteo de grietas en los huesos del oráculo y el método de adivinación con el tallo de milenrama. Los números luego se convertirían en hexagramas y la fortuna de uno podrá ser interpretada.

¿Cómo se usó el I Ching en la vida cotidiana?

La importancia del I Ching se extendió más allá del ámbito de la adivinación, ya que muchos de sus conceptos se incorporaron al sistema filosófico de la civilización china. Esto es más evidente en las enseñanzas del taoísmo, ya que su doctrina del mundo naturalmente cambiante se extrae directamente del I Ching. El I Ching es también un texto importante en el confucianismo y los principales comentarios sobre el texto fueron escritos por los seguidores de esta escuela de este pensamiento.

La influencia del I Ching se puede sentir incluso hoy, no solo como un texto oracular o un sistema filosófico oriental, sino también en nuestra vida cotidiana. La historia comienza a fines del siglo XVII, cuando el I Ching se dio a conocer en Occidente por primera vez. Fueron los misioneros jesuitas que trabajaban en China quienes decodificaron el texto de tal manera que podrían usarlo como un argumento a favor de la verdad universal del cristianismo. Fue a partir de los jesuitas que el filósofo y matemático alemán, Gottfried Wilhelm Leibniz, aprendió sobre el I Ching, lo cual le llevó a la creación de su código binario. Si bien Leibniz no encontró ningún uso para su creación durante su vida, el código binario se usa hoy en día en casi todas las computadoras modernas.

Fuentes e imágenes: Ancient Origens // YinYangYoga