Hoy os hablo de esta maravillosa serie ¿indie? capítulos de 20 minutos sin ser una comedia, quizá es un drama, quizá es otra cosa. Porque todas son diferentes, pero tienen algo en común: nos hacen pensar. I love dick nos hace pensar sobre las mujeres, la sexualidad y el arte.
La directora de Transparent nos vuelve a cautivar con su nueva creación: I love Dick. Y es que ambas tienen: personajes LGTB, mujeres en los papeles protagonistas y hasta una actriz en común (Kathryn Hahn), pero son también muy diferentes.
Dick es maleducado, serio, arrogante. Consigue todo lo que quiere, sobre todo de las mujeres. Dick también es un artista, pero solo crea el arte que un macho como él podría crear; grande, fuerte, simple.
Este cowboy contemporáneo se convierte en la fantasía sexual del matrimonio, pero para Chris más que una fantasía se convierte en una obsesión. Le escribe montones de cartas en las que explora su atracción pero también se explora a sí misma como mujer y artista. Y no es que Dick la estimule
Irónico, ¿verdad? Pero lo más irónico de todo es que Chris sea la deseante y Dick el deseado. Ella lo convierte en el objeto de sus fantasias, lo sexualiza. Dick está en una posición en la que los hombres siempre han puesto a las mujeres. Y no se siente halagado, sino incómodo.
Pero Chris no es la única que cuenta su historia, en el capítulo quinto: A short history of weird girl (que por sí solo hace que toda la serie merezca la pena) Devon, Paula y Toby cuentan también cómo Dick ha influido en sus vidas y trabajos. Como la masculinidad lo ha hecho.
Y esto es I love Dick: mujeres expresando su sexualidad, expresando su sexualidad dentro del arte y hombres despreciándolo.
Victoria (@_TheEastWind)