Digan lo que digan, a mi me parece que Gallardón está haciendo mucho bien a Madrid. Yo no me meto en que las obras sean incómodas ni en su forma de ver la política, pero la verdad me parece que es un hombre que por encima de todo ama a su ciudad y está trabajando para ponerla a la altura de las metrópolis más famosas del mundo. En definitiva, Gallardón loves Madrid!
Por eso inicio esta serie dentro de la sección , para contaros esas cosillas que a todos nos molestan pero que el enemigo de la tita Espe está haciendo para hacer de nuestra ciudad un lugar capaz de atraer el turismo comparable al de Londres, Roma o París.
Dentro de estas medidas entra el , una construcción que surgió como un elemento para iluminar la zona que ocupaba y para instalar una antena de telecomunicaciones en 1992 y que rápido se transformó en un mirador para ver el skyline de Madrid. El Faro lleva cerrado desde el año 2005 por no cumplir las normas de seguridad contra incendios, sin embargo, el Ayuntamiento de la Capital ha realizado una inversión de 5,6 millones de euros para adaptarlo y remodelarlo para que pueda abrir sus puertas el año próximo.
Dentro de estas reformas nos encontramos con la instalación de un nuevo ascensor panorámico con capacidad para 13 peronas, la readaptación de las salidas de emergencia y el rediseño del platillo central de 400 m2. Pero, sin duda, lo más importante (que se va a desarrollar durante este año) es la iluminación, creando un sistema de bombillas led dinámico, que permita iluminar la estructura en acontecimientos especiales y proyectar textos sobre el fuste tal y como se hace en la Torre Eiffel de París.
Resumiendo, lo que se quiere conseguir con esta inversión es dotar al simbólico Faro de Moncloa de un prestigio similar al de los miradores de las ciudades más importantes del mundo y, de paso, conseguir que los turistas (y no turistas) hagan cola delante de un monumento digno de la capital de un país. Veremos en qué queda todo...