Acabo de empezar a escribir y aún no sé sobre qué lo voy a hacer. Sólo sé que vuelvo un poco a los orígenes, a escribir cuando todos duermen, cuando el tiempo se vuelve frío y a cuando de los altavoces suena Triana. Inconfundibles melodías que te embriagan cuando la noche es más oscura y se ilumina a través de las canciones de este imperecedero grupo.
Sinceramente, no me gusta hacia donde avanza todo. Y en "todo" es todo. No tengo ganas de enumerar lo que es ese "todo"; es demasiado tarde y son demasiadas cosas como para ponerme a enumerarlas ahora. Realmente me da igual; todo avanza, todo cambia pero Triana perdura y saber que pase lo que pase, que vayamos hacia donde vayamos, Triana siempre estará ahí; ese pequeño refugio personal quedará intocable. Y seguro.
Bueno, creo que viendo la hora que es y que después de cuatro párrafos aún no se sobre qué voy a hablar, me voy a ir a dormir.
Madrugada, lloviendo y sonando Triana, como en los viejos tiempos.
Triana, siempre Triana. Buenas noches.