Francisco Ibáñez
Para intentar dar con el capo, nuestros agentes preferidos tendrán que viajar, entre otros lugares, al continente africano, donde les saldrán al paso todo tipo de animales salvajes, pero ellos no cejarán en su empeño.¿Conseguirán Mortadelo y Filemón detener a Osvaldo?
Porque Ibáñez siempre me arranca una sonrisa
Tiene una extraña mezcla, don Francisco Ibáñez, en sus últimas entregas de Mortadelo y Filemón, un combinado entre la más pura actualidad (sus historias, últimamente, parten de ella siempre) y un añejo pasado ibérico que sigue impregnando todas y cada una de sus páginas. Criado en las páginas de Bruguera en lo más granado del tiempo del tebeo en español, ahora, en las postrimerías de su carrera, sigue utilizando arquetipos y elementos propios de otros tiempos y de otra época, pero lo hace con tal gracejo y tan buena disposición, que nos siguen ofreciendo las mismas sonrisas y carcajadas de siempre. Puede que no sea yo un lector objetivo, siento pasión por los agentes de la T.I.A., son ellos quienes me convirtieron en un apasionado de las viñetas, pero creo que hoy se pueden leer su serie de tortazos, catástrofes y errores con la misma viveza que hace veinte, treinta o cuarenta años.
Esta aventura, la del Magos del Humor 180 es muy divertida. A nuestros antihéroes favoritos les ocurre de todo (como siempre). Y el desenlace… en fin, el desastre acostumbrado.
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