Recorren el disco composiciones de pequeño formato que se enmarcan dentro de la considerada como música de salón, piezas escritas para agradar y satisfacer los gustos de un público selecto en veladas caseras y distendidas, de melodías agradables y sencillas, y donde los bailes de moda en la época marcan el ritmo, caso de la evanescente Barcarolacon que se abre el CD, y toda aquella tanda de valses que poseen nombres de pila en sus títulos, aludiendo al círculo familiar y de amigos que rodeó al maestro en su juventud: Miguel, Rosita, Pilarcita, Doli y María Luisa.
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