Idealismo trasnochado y demagógico contra pragmatismo

Publicado el 02 febrero 2011 por Romanas

RESPUESTA AL ANONIMO DE LAS 18'47: a mi post “Hacia un auténtico suicidio colectivo”.
“Anónimo dijo...Por otra parte, ese es el engaño del sistema y del pensamiento único que, ahora, usted defiende con ahínco. Dos partidos que son más parecidos de lo que representan en periodo preelectoral. Uno de extrema derecha, y otro de derecha liberal (mediática y falsamente postulado a la izquierda por la propaganda oficial del régimen). El pensamiento único viene a hacer el resto: "sólo hay una única solución posible, liberalizar más, hacer más concesiones al capital financiero para la propia pervivencia del sistema (capitalista), etc,... Qué prefieren uds. que lo hagan los de la extrema derecha o que lo hagamos nosotros que no llegaremos a esos extremos" Y al final, la gente como mansos corderos se deja degollar. Estas reformas sientan bien al capitalismo porque tienen menor contestación social al haberlas tomado el menos malo de los dos, pero nunca sabremos todo lo que hubieran reformado los ultraderechistas porque, puestos en esa tesitura, incluso las reformas que hoy adopta Zapatero, con el acuerdo de esa extrema derecha, hubieran obtenido una contestación social infinitamente mayor de haberlas adoptado Rajoyer. Y para el capitalismo es esencial un clima de sosiego, y quien mejor puede acometer esas reformas para sus intereses es la falsa izquierda, por su menor contestación social y su mayor carácter desideologizador. La sensación que se transmite es de desasosiego en los trabajadores que se ven atrapados entre dos partidos gemelos, dos polis, el malo y el bueno. Sin salida, los trabajadores se ahogan engañados/atrapados una y otra vez, y cada vez más ahogados, ven como sus derechos nunca crecen y siempre merman, durante estos treinta últimos años.Sí, Zapatero está haciendo lo que hay que hacer, dice usted, para salvar al sistema; pero ese sistema al que salva es al capitalista, para prolongar la agonía se los trabajadores; y yo me cago en sus muertos, y desde ahora le digo que me da igual lo que venga, que es lo mismo de siempre, y siempre que haya una posibilidad de poner las cabezas capitalistas sobre una pica en un paseillo infernal en su camino de regreso hacia París me uniré a los sans culottes y empuñaré la pica. Para usted puedo ser un tonto de los cojones y su verdugo a la vez o un aliado... Y no vuelva a mencionar a Marx ni a Lenin porque no tiene ni idea de su pensamiento práctico, profundamente práctico; fue el primer pensador encaminado a transformar la realidad social y no sólo a explicarla. En su boca, y con lo que ahora defiende, todo suena a falso.1 de febrero de 2011 18:47".Es fácil, ¿eh?, machacar al adversario dialéctico cuando todo lo que decimos está escrito en los libros sagrados del marxismo, ante un tipo como yo que no sólo se declara marxista sino que lo es tan profunda y esencialmente que piensa que no hay, de debe, no puede haber nada fijo en las estrellas cuando el mundo cambia tanto y tan profundamente que no hay nada hoy que sea igual a lo que nos anegaba ayer con las aguas que, desde Heráclito, sabemos que nunca son las mismas, que nunca volverán a serlo.Mira, anónimo, para mí el marxismo o no es nada o SÓLO es un método dialéctico de interpretación de la realidad y la realidad es esencialmente cambiante, una especie de Proteo pluriforme que cuando te crees que ya la has aprisionado entre tus manos te sorprende con un escorzo impensable que si no recurres precisamente al marxismo te desconcierta para siempre.¿Sabes por qué Aristóteles, Platón, Hegel y Marx desagradaban tanto a Popper, el dios padre de todo el pensamiento neoliberal capitalista de hoy, que trató de fijar inatacablemente para siempre en su La sociedad abierta y sus enemigos?Precisamente por eso que tu me achacas a mí, porque se rebelaron, cada uno de ellos a su manera, a la existencia de un pensamiento único que es precisamente en lo que tú estás cayendo ahora, marxista inmovilista de los cojones. Todos ellos fueron conformando, paso a paso, esa dialéctica viva que se resiste como gato panza arriba a que torpes lectores de sus obras creen un corpus doctrinal aún más inamobible que el de los dogmas católicos, de tal manera que al político práctico se le veden cualquier intento de ideologizar las circunstancias. Mira, anónimo, yo, personalmente, odio mucho más que tú, porque soy más viejo y lo he sufrido mucho más que tú, el canallesco, viejo y salvaje capitalismo, que ha llenado de heridas incurables todo mi cuerpo, pero no soy tan estúpido como para pensar, que ello me obliga a arremeter ciegamente contra él cada vez que me lo tope en mis caminos de caballero tristemente configurado.Efectivamente, macho, el canallesco y salvaje capitalismo está otra vez ahí, frente a nosotros, siempre estará porque se apoya en todo lo que de canallesco y salvaje tiene el ser humano, lobo, entre los lobos, para el hombre, pero el odio instintivo que me inspira no me va a cegar hasta el extremo de embeberme en su trapo rojo de sangre inocente y llevarme hasta dónde él me espera, con sus garras dispuestas a herirme aún más profundamente.Si tú, en la lucha a muerte, entre la derecha zapateril y la ultraderecha rajoyesca, crees que la solución estriba en mantenerte equidistante, en no participar de ninguna manera, en otras palabras, en abstenerte, no has entendido nada de todos esos libros que sobre marxismo has  leído porque lo que ellos han tratado de llevar a tu cabeza es que no hay nada más en el mundo que una lucha de ormuz contra ariman, de  Dios contra el Diablo, de fascismo contra socialismo, del bien contra el mal, y que, en esa lucha a muerte, que nos atañe a todos nosotros, no podemos mantenernos al margen porque estamos implicados en ella hasta nuestros tuétanos, queramoslo o no, y seremos los tipos más estúpidos del mundo, si lo hacemos.Anónimo, el problema está ahí, nítidamente planteado, no hay que conformarse con las sombras que vemos en el fondo de la caverna platónica sino que hay que ir a enfrentarse con una realidad tozuda que nos emplaza abiertamente y nos dice, “eh, tu jodido y puñetero teórico de todos los cojones, deja aparte tus libros por una jodida vez y comprende que yo soy la realidad, la dura realidad en la que vives, en las que estas inmerso quiera o no quieras, el próximo marzo de 2.012, tú tienes que darle la victoria a una de las 2 derechas que van a luchar por un jodido triunfo que tú, como buen marxista, aborreces pero cuya lucha a muerte te implica también a ti, porque si dejas que gane la más dura de ellas, habrás colaborado a hacer el mundo mucho peor aún de lo que en este puñetero momento es, no te vayas por las ramas y plantees el problema como si se tratara de elegir entre un partido marxista puro y duro y otro capitalista de la misma configuración pètrea, no, no, sabes muy bien que no se trata de eso, no te hagas trampas a ti mismo y a todos los que quieres convencer, tú no vives en Cuba, ni en Venezuela, ni en China, ni en ningún otro país del mundo en el que la disyuntiva sea elegir entre el marxismo y el capitalismo, sino que estás, ahora y aquí, en la ferocísima e inaplazable disyuntiva de elegir, en la circunstancia inaplazable, irreversible, e inevitable de resolver la cuestión española que, por desgracia, no se plantea entre marxismo, sí, y capitalismo, no, sino entre Psoe, sí, o PP, no, y todo lo que sea referirse a otras cuestiones no es sino marear la perdiz porque no se pueden plantear, en la actual circunstancia política española, ninguna otra cuestión al respecto.Y Marx, Lenin, Trostky, Aristótles, Platon y Hegel, como Habermas, el filósofo marxista más relevante hoy, no aceptarían ni borrachos que ahora vinieran los demagogos de siempre a decirnos, “eh, que hay que cargarse al Psoe porque eso, en modo alguno, supone entronizar en el Gobierno de la nación al PP, nadie sabe con certeza por cuanto tiempo, por lo que podemos aceptarlo como el principio de una espiral infernal que acabará llevando, al fin, a los marxistas a dicho gobierno porque eso no es posible en el actual estado de cosas de nuestra situación histórica, de modo que hacer más fuerte aún de lo que es al principal enemigo de la clase obrera española, no puede considerarse una actuación marxista-leninista de ninguna manera”.El marxismo está hecho, a estas alturas de la historia, para resolver, uno a uno, todos los problemas que nos plantee ésta, en cada momento concreto de su devenir, no para hacer teóricas declaraciones de principios abstractos sin ninguna conexión con le puñetera realidad, porque la política no es algo que se practica en las cátedras universitarias sino en el día, a día, de la realidad cotidiana de los países.O sea, anónimo, que lo siento mucho, pero me parece que no te enteras, ni por asomo, de lo que yo planteo en mis posts, lo que puede muy bien ser culpa mía, porque me suele pasar con casi todos con los que debato, pero todo eso que has expuesto tan bien en tus comentarios de hoy a mi post “Hacia un auténtico suicidio colectivo”, no tienen, en realidad, nada que ver con la esencia de mi pensamiento al respecto de la situación política española actual, sobre cuyo fondo ético esencial estoy absolutamente de acuerdo contigo, desde el punto de vista general de la teoría marxista,  pero que no se trata de eso ni por el forro, ya que de lo que se trata es de la aplicación de dicha teoría en lo que se refiere a la dialéctica de la situación, de modo que no se pueden hacer afirmaciones totalmente teóricas, absolutamente abstractas, sino específicamente referidas al caso concreto: se trata de qué hay que hacer en el concreto caso de las próximas elecciones generales españolas, si votar psoe, masivamente, tratando así de evitar que la más feroz de las ultraderechas del mundo que piensa que España es su finca y por lo tanto puede hacer en ella lo que le salga de los cojones, o, con una idea totalmente falsa de lo que son las realidades históricas, decir no, yo favorezco la victoria del PP, porque así contribuyo a que se agote la situación de tal modo que ya no haya otra salida que la revolución, porque este razonamiento es más falso que Judas, porque los problemas políticos no se plantean ni resuelven mediante proposiciones matemáticas expuestas en una pizarra sino sobre la sangre, la carne, la vida y el sufrimiento de la gente y la gente actúa no por coordenadas matemáticas sino por impulsos que brotan de su jodida carne y sangre pero, sobre todo, porque en el jodido mundo práctico en el que nos ha tocado vivir, en ningún caso, los que tienen el absoluto control de la fuerza nos dejarían hacer una revolución como la que tú-y yo también, claro-, desearías, si fuera posible.Así que, bájate de la nube teórica marxista de una puñetera vez y haz lo que no tienes más cojones que hacer: luchar contra el enemigo más fuerte y peligroso que tienes en frente para que éste no pase por encima de todos nosotros, y dure tantos años que no lo podamos soportar, mientras que, si gana el otro enemigo, contra él será mucho más fácil luchar porque es más blando y débil y, por lo tanto, mucho más asequible.Y no estoy descubriendo nada, sólo se trata de la doctrina del posibilismo político o de la del mal menor.