Os lo decía en el vídeo: de esta propuesta me encanta la mezcla de tonos verdosos metalizados en los ojos con el rouge de labios, pero sobre todo, me gusta cómo se aplican las sombras para lograr una mirada muy rasgada sin necesidad de delinear.
Os voy a contar cómo la hice yo hoy.
¡Vamos al lío!
De nuevo os cuento mis habituales de rostro: prebase Infaillible de L'oreal y sobre ella, mi base Double Wear Light de Esteé Lauder.
El corrector es una mezcla del True Match de L'oreal con el Liquid Camouflage de Catrice y en mi zona T llevo un toque de polvos de Ben Nye.
Identifiqué tonos adecuados para este look en mi paleta 24 karats nudes de Maybelline porque tiene un tono de verde oscuro muy interesante, pero además, para realzarlo, apliqué como base mi sombra en crema Khaki de Bourjois.
Para marcar la cuenca, exagerando la forma rasgada del ojos, apliqué una sombra marrón oscura y me salté una de mis normas porque es metalizada (ya sabéis que suelo usarlas mate para este fin, pero el look es el look y me gusta el resultado).
En el lagrimal apliqué una sombra nácar. A ras de pestañas marqué con lápiz negro y lo difuminé para no endurecer. Además, llevo un tono claro en la waterline para abrir la mirada. Finalmente, apliqué máscara de pestañas y fijé y rellené mis cejas.
En las mejillas llevo el colorete 005 de Lola Makeup, un marrón rojizo ideal para combinar con labiales rojos. Y el iluminador es el tono dorado de los Pure de Primark. Finalmente, en los labios llevo el Velvet Metal de Deborah Milano en el tono 51.
Este look lo combiné con mi falda midi gris, argollas plateadas y pañuelo con animal print.