Identidad y marca - las personas y las empresas -

Por Gabrielschwartz
Uno de los temas más apasionantes dentro del campo de las disciplinas psicológicas es el de  identidad.
Este concepto unifica un número amplio de variables en una especie de sello personal que le permite a las personas reconocerse, relacionarse, proyectarse e integrar sus vivencias, su historia, su cuerpo y su contexto.
En el trabajo clínico (sobre todo con adolescentes), la cuestión de la identidad es uno de los temas central: integrar en un cuerpo de adulto las experiencias vividas, las enseñanzas recibidas, las expectativas y exigencias propias y proyectarse en busca de sentirse satisfecho consigo mismo. En definitiva ir sabiendo quién soy.
Los pacientes me enseñaron mucho acerca del tema y colaboraron, con sus pedidos de ayuda,  lo mismo que las intervenciones en el mundo corporativo en conformar mi propia identidad profesional.
También las empresas tienen su identidad.
Lo que llamamos "marca", equivale a la "identidad" de las personas.
Mucho se ha escrito acerca de los errores que cometen las compañías al tratar de solucionar temas urgentes en vez de enfocarse en aquellos de largo plazo. "Vale la pena resignar resultados inmediatos y seguir objetivos estratégicos, construir una marca", dicen los libros.
Una de las metas de "construir una marca" es lograr credibilidad por parte del consumidor. Sobre todo en esta era de comunicaciones inmediatas y virales en las que, rápidamente, el "boca en boca" - un  post o un tuit - puede levantar o bajar el pulgar de determinado producto o servicio.
Sin duda estos factores deben ser de los que más gravitan en el presupuesto de muchas e importantes compañías.
Sin embargo, estarán bien aplicados - se trata de una inversión, dirían los popes del marketing -  los recursos, cuando se destinan a "construir una marca"?
Podemos, realmente, sostener la estructuración de una identidad de empresa, sólo con el deseo lograrlo?
Volviendo a las personas: imaginamos sentarnos frente al espejo y decirnos a nosotros mismos "yo quiero me reconozcan de tal o cual manera"?
No termina pasando que el reconocimiento es independiente - y muchas veces sorprende - de nuestra intención de cómo queremos o esperamos ser reconocidos?
Si ponemos energía en tratar de lograr determinado objetivo por el hecho de cumplir con una expectativa que nosotros hemos generado, no terminará pasando que se nos reconocerá como alguien que ha pasado el tiempo tratando de ser algo que no era?
Las empresas no deberían descubrir, así como lo hacen las personas, en qué son buenas para potenciarlo y en qué son malas, para mejorarlo?
Y a su vez, no deberían aceptar que lo que son fortalezas pueden transformarse en debilidades de acuerdo al contexto? 
Y finalmente, podría ser sensato pensar que la marca / identidad puede ir modificándose porque - a diferencia de lo que sucede con las personas - tienen la posibilidad de no morir nunca, mantenerse ocupando un lugar necesario o continuar creciendo?
Sería interesante saber si las firmas que son reconocidas por cierta característica se propusieron serlo. De acuerdo a mi planteo, se descubrieron siéndolo y lo potenciaron.
Yo creo que para parecerlo, primero hay que serlo.