Hay muchas maneras de idiotizar a la población pero la más efectiva es el medio audiovisual. En España, por ejemplo, no hay nada mejor que Sávame para hacer crecer como hongos a ridículos freaks mientras la audiencia se los come durante horas y comentan las ocurrencias al día siguiente -eso si no se lo están contando al vecino o al amigo por teléfono al mismo tiempo. En el caso musulmán los ricos y poderosos países del Golfo capitalizan la parabólica y entre los canales hay incontables dedicados permanentemente al Islam; predicadores moderados y predicadores radicales -que son los que más audiencia tienen- al servicio de una causa: la oración, la divulgación y, al mismo tiempo que inyectan una dosis diaria de intolerancia, la radicalización.
El mayor consumo de este tipo de "entretenimiento" lo hace, generalmente, la población de menos recursos y de menos estudios; los que la vida no les ha dado prácticamente nada y poco tienen más que la religión para agarrarse a algo. Son el caladero y el batallón de mártires que los poderosos puede que necesiten llegado el momento.
Lo que sí ya han conseguido los saudíes es que Libya se haya desangrado, que Syria se desangre, que las trifulcas entre sunníes y shiíes en Iraq no cesen y, gracias a su propaganda audiovisual, contar con el apoyo de la gran mayoría de organizaciones terroristas islamistas desde Marruecos hasta Afganistan, se llamen como se llamen, que son las que garantizan el verdadero Islam sunní y que aseguran que lo mejor de esta vida empieza siempre con Bismillah. Que se lo pregunten a los familiares de los ejecutados o decapitados en Syria.
Soy musulmán, sí, pero el tener ojos para leer, oídos para escuchar y cerebro para comprender me hace estar a años luz de estos que dicen que no hay ningún camino más que el Qur'an y la Sunnah; entretenidos en la religión que no discutirán, no pensarán y no juzgarán lo que se está comentiendo en nombre de la religión porque no tienen tiempo de desviarse de ningún camino. Una legión de tragapalabras que no son capaces de asumir que realemente son idotas.