If – The Happies

Publicado el 23 diciembre 2013 por Srhelvetica
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Conozcan a The Happies, aunque sea un poco tarde. Aunque hace algunos años que dejaran de existir como tales, y el único rastro que queda de ellos sean una banda refundada con los rescoldos de aquella primera agrupación, bautizada como The Unhappies, y el actual proyecto de Miles (The Penalty Tokens).

Conozcan a The Happies, o conozcan al menos esta canción maravillosa de ellos, grabada para mí en algún perdido recopilatorio de esos que me hacía de vez en cuando mi hermano D. hace una porrada de años, un tema que he sido sin embargo incapaz de olvidar. Porque ahí está precisamente la gracia: no conozco un grupo que pasara más desapercibido, un grupo del que sea tan radicalmente imposible encontrar información en la red, y que sin embargo posea una canción con la capacidad totémica de “If“. Una cancioncilla (cuando el diminutivo es descriptivo, y no se refiere a aspectos cualitativos) que define perfectamente una época de mi vida, unos años llenos de descubrimientos, musicales y no tan musicales; el panorama completo de un montón de filias de aquella época (Belle & Sebastian y The Shins serían las más evidentes), condensadas en tres minutos.

Lo poquito que sé de The Happies es que eran de Salt Lake City (Utah),  y que el alma del grupo lo integraban los hermanos Miles (vocalista y guitarrista), Nathan (bajista) y Linwood (baterista cuando no estaba a los teclados) Biddulph, a los que aún se se sumaron Elledge Bowers y Kiley Mickelson. Su escaso éxito como banda sólo puede explicarse como un cúmulo de circunstancias, tales como una personalidad no demasiado acusada en lo musical (son una de esas bandas que pueden hacerte recordar a mil grupos antes de hacerte pensar en ellos mismos como conjunto), o el ser originarios de una ciudad cuya aportación al pop parecía haberse agotado con aquella familia de mormones pre-Michael Jackson llamada The Osmonds. No en vano, su segundo disco (se llamaba “If We Were Really Here“, y éste al menos tuvo algunas reseñas) fue publicado por un sello con un nombre tan poco cool como, ejem, Eden’s Watchtower Records.

Pero vamos al primer álbum, autoeditado. “Meet The Happies” les aupó al título de “Best Unsigned Local Band” en los premios que otorgaba en 2005 el Salt Lake City Weekly, pero poco más, y lo cierto es que no es justo:  aquel era un disco de debut que se hubiera merecido, por lo menos, una buena reseña en los medios independientes.

Pero nunca es tarde si la dicha es buena, así que haced click en este enlace mientras seguís leyendo, y  de ese modo podéis escuchar al completo (y hasta descargar por el precio que os parezca, incluido el patillero) aquel primer disco de 2004 con portada-homenaje al “Switched On” de Stereolab. Lo abre una “Blue Stream” casi instrumental que muestra las cartas con las que juega el quintento: pop dulce y muy tranquilito, influencias variadas y poco (o mal) escondidas, y una producción lo-fi que no les va nada mal, en cuanto que les confiere una cierta aura de encanto amateur. A continuación, “Wahaka” despunta como el primer pellizco al corazón, con su aire a Eels, pero no hay tiempo para las palmaditas en la espalda, que ahí está la delicadeza prístina de “Dogs in The Park” para hacer que gires la cabeza y empieces a preguntarte quiénes son esos tíos que están sonando. Con la siguiente, “Another Sleepy Morning“, tengo un problema, y es que les podía haber quedado muy apañadita con un rollo Isobel Campbell, pero esa malditas voces pituferas afean una melodía que estaba bastante bien… Y cuando estás dudando si ahí se acabó tu idilio con The Happies ¡zas! llega la quinta canción, y se acaba el disco. Es decir, no se acaba, y de hecho si dejas de escuchar las canciones que van detrás de “If“, pues te estás perdiendo, entre cosas, la preciosa ¡y muy Simon & Garfunkel! “Jayleen“, una “Lock Of Freedom” con su aire a los Yo La Tengo más apacibles, o una resultona “This Is Yr Stereolab“  que no esconde (menos aún en su título) unas saludabilísimas influencias. A lo que voy es que “If” es una chulada de las que te obligan a repetir, y con toda probabilidad, lo mejor que han firmado los de Utah: una canción de esas que, como una de esas espigas de flechilla que cogías de pequeño y lanzabas a la ropa de tus amigos, se te quedan enganchadas, y no es hasta que ha pasado un buen rato que te das cuenta del tiempo que lleva contigo. En mi caso, ¡caramba! nueve años. Y, creedme: no tengo ni la menor intención de desprenderme de ella.

Publicado en: Canciones EscondidasEtiquetado: Autoeditado, Belle & Sebastian, Folk-pop, Meet The Happies, The Happies, The ShinsEnlace permanenteDeja un comentario