2 DOS CONFIGURACIONES BÁSICAS
3 LAS IGLESIAS PALEOCRISTIANAS
La disposición de las primeras iglesias también varió dependiendo de las épocas y de los lugares geográficos, a menudo adaptando al nuevo culto las antiguas tipologías paganas. Los primeros lugares de congregación fueron las casas de algunos miembros destacados, que adecuaban al uso religioso un espacio público llamado titulae. Después de la legalización del cristianismo en el año 313, gracias al Edicto de Milán, aparecieron por todo el Imperio romano numerosas basílicas e iglesias de planta centralizada. Las más importantes se construyeron sobre los lugares sagrados, como la basílica del Santo Sepulcro en Jerusalén, levantada en el lugar donde se cree fue enterrado Jesucristo, o la basílica de San Pedro en Roma, allí donde fue crucificado el primer santo padre de la Iglesia. La primera se compone de una iglesia circular donde se encuentra el sepulcro, situado en el centro de una rotonda cubierta por una cúpula, y de una basílica que la precede, donde se adora la cruz hallada por santa Elena. La basílica de San Pedro en Roma, demolida por el papa Julio II para erigir el templo renacentista que hoy conocemos, fue una enorme iglesia que modificó la tipología basilical pagana, añadiéndole un transepto o nave transversal que completaba una planta de cruz latina, y un atrio que servía como acceso procesional. Las formas rotondas y las plantas centralizadas se mantuvieron en el Imperio romano de Oriente, donde a lo largo de la edad media apareció una composición que consistía en cinco espacios cupuliformes unidos en forma de cruz griega. También en Occidente se mantuvo la tipología de simetría radial, sobre todo en los templos construidos por las órdenes militares, en conmemoración del templo constantiniano de Jerusalén.4 IGLESIAS MEDIEVALES EUROPEAS
5 IGLESIAS RENACENTISTAS Y BARROCAS
El renacimiento, iniciado en Italia en el siglo XV, supuso un retorno a las tipologías y al pensamiento clásico, y por tanto, en arquitectura, una vuelta al concepto del hombre como medida de todas las cosas. Esta máxima influyó de forma notable en la reaparición de la iglesia de planta centralizada, iniciada por Leonardo da Vinci y perfeccionada por Donato Bramante. En lo referente al estilo, las iglesias renacentistas volvieron a emplear el vocabulario clásico, con columnatas, arcadas y cúpulas compuestas según las leyes recogidas en el tratado de Vitrubio e interpretadas por los tratadistas coetáneos. Hacia mediados del siglo XVI, coincidiendo con la Contrarreforma, se generalizó un nuevo tipo de iglesia longitudinal cuyo paradigma fue la del Gesù en Roma, proyectada por Iacopo Vignola para la orden jesuita. Por su parte, las iglesias reformistas protestantes, que en sus primeros tiempos emplearon los modelos medievales, acabaron adoptando las tipologías renacentistas, como muestra la catedral de Saint Paul, en Londres, inspirada en los proyectos bramantinos de la basílica de San Pedro.A partir de las iglesias jesuíticas y del estilo manierista, la arquitectura de Roma evolucionó hacia el barroco, el estilo arquitectónico que sustituyó el equilibrio renacentista por una nueva expresividad dramática y escenográfica, más acorde con la mentalidad de la Contrarreforma. Esta arquitectura se propagó por todo el mundo católico, sobre todo por Latinoamérica, España, Francia y los reinos centroeuropeos, que continuaron fieles al papado romano.
6 IGLESIAS NEOCLÁSICAS Y ECLÉCTICAS
Durante el siglo XVII y XVIII aparecieron en Europa una serie de corrientes clasicistas que pretendían acabar con los llamados excesos del barroco. Entre las iglesias de las islas Británicas y sus colonias norteamericanas se generalizó el estilo georgiano, un tipo de neoclasicismo caracterizado por el empleo de una sola torre de campanario, alta y puntiaguda. Con el inicio del romanticismo se impuso el carácter medievalista, que propició el primero de los estilos eclécticos que se impusieron a lo largo del siglo XIX, el neogótico. Fieles a esa tendencia, las iglesias recogieron los modelos antiguos, empleando un amplio espectro de revivals, como el neogriego, neorrománico, neorrenacimiento y neobarroco, entre otros.7 IGLESIAS DEL SIGLO XX
Las comunidades religiosas suelen ser muy tradicionales, de modo que se mostraron satisfechas con las tipologías antiguas y fueron reacias a la adopción de las modernas. Sin embargo, algunas congregaciones e iglesias oficiales, por lo general las de carácter más reformista, comenzaron a finales del siglo XIX a construir sus templos de acuerdo a las premisas de la incipiente arquitectura moderna, alejándose así de las formas historicistas. Prueba de ello son algunos de los edificios religiosos construidos por Antoni Gaudí para la Iglesia católica catalana, o los de Frank Lloyd Wright para la Iglesia unionista. En el transcurso del siglo, casi todas las religiones cristianas terminaron por confiar en los arquitectos modernos para la construcción de sus iglesias más significativas, a menudo aceptando nuevas tipologías, como la planta centralizada con el altar dispuesto en el centro de la congregación, o la decoración con esculturas, mosaicos, vidrieras y tapices modernos. Entre los templos más significativos de la arquitectura del siglo XX destacan la iglesia de peregrinación de Notre Dame du Haut (1950-1954) en Ronchamp, Francia, construida por Le Corbusier; la iglesia de La Milagrosa (1953) en la ciudad de México, del arquitecto e ingeniero Félix Candela; la iglesia de los Dominicos de Alcobendas (1959, en Madrid), obra de Miguel Fisac; la catedral metropolitana de Brasilia (1959-1980), de Oscar Niemeyer; o la de St John's Abbey (1967) en Collegeville, Minnesota, proyectada por el arquitecto húngaro Marcel Breuer.