Casi siempre partía de cero.
Casi siempre era el primero.
Casi siempre, casi siempre era perfecto.
Ahora me duele cuando te veo,
y te veo en todas partes,
inexistente entre la gente de las ciudades.
Siento que podría encontrarte
al doblar cada esquina, otra vez.
Me gusta saber que tú piensas igual,
y odias cada instante.
Y el ruido de la lluvia,
arañaba los cristales de la ventana
desde la que antes siempre te buscaba.
Siento que podría encontrarte
al doblar cada esquina, otra vez.
Siento que podría encontrarte
al doblar cada esquina, otra vez.
Lo merecí, lo merecí y nunca más
(Por si acaso, nos callaremos la verdad)