
En los tres casos hay una idea común: el rechazo a la razón y a la ciencia, la preferencia por la superstición y las teorías indemostrables frente a aquello que es explicable y mesurable. Disfrazada de pseudociencia (la teoría de la memoria celular, una estupidez que jamás debería tener cabida en la televisión pública) o de religión, la ignorancia y el fanatismo siguen siendo la causa de muchos de nuestros males, y sus defensores siguen alegrándose de que alguien no reciba el trasplante que necesita para vivir, obligando a mujeres violadas a tener hijos o disparando en el autobús escolar a niñas que no se conforman con quedarse en casa sumisamente. Y podríamos seguir comentando noticias. ¿Hablamos de los bombardeos israelíes sobre población palestina? ¿O de los cohetes caseros palestinos lanzados sobre Israel, que lo mismo me da? ¿Hablamos de Irán, o de Afganistán, o de Pakistán? ¿Hablamos de las trabas a la investigación con células madre?
Mejor no hablemos, y escuchemos la música de un gran compositor que declaró su negativa a creer en supersticiones y, aun así, compuso música para la liturgia que suena así de bien. Escuchamos la versión original de la Misa Glagolítica de Leos Janacek, interpretada por la Orquesta y el Coro de la Radio Nacional Danesa, dirigidos por Sir Charles Mackerras. Los solistas son Tina Kiberg (soprano), Randi Stene (alto), Peter Svensson (tenor) y Ulrik Cold (bajo). Al órgano, Per Salo.
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