¿Igualdad? Juntos, pero no revueltos

Publicado el 29 octubre 2014 por Regina

Que todavía la igualdad sea motivo de preocupación en nuestra sociedad, es otra muestra de fracaso, no importa si se crean organizaciones o se promulgan leyes. Para el 77% de la población –nacida después de 1959–, las medidas formales han estado por un lado, y la práctica por otro. Eso que se supone que debería funcionar para la discriminación por raza, género, elección sexual, religión también es válido para la discriminación política. La igualdad no se decreta, sucede. El respeto por las diferencias debe ser inculcado como otro valor más, y como parte de esa educación, para el ascenso a un puesto o un cargo, lo importante es la capacidad del elegido y no una cuota de supuesta igualdad que lleva como consecuencia que no se elige al mejor sino al más “correcto”.
Nadie dice que sea fácil, pero es imperativo.