II Congreso Internacional de Historia Constitucional: Lima, octubre 2011

Por Joseantoniobenito

En verdad interesante este II Congreso Internacional de Historia Constitucional celebrado en Lima, los días 28, 29 y 30 de Octubre de 2011. Les comparto el Programa Temático titulado “Irradiación de la Constitución de Cádiz en Iberoamérica” y que contó con charlas magistrales y comunicaciones agrupadas en las siguientes mesas:

I.   Instituciones y derechos en la Constitución de 1812.

II.   Temática y presencia indígena en las Cortes de Cádiz.

III.   El influjo doceañista en las Independencias hispanoamericanas.

IV.   Más allá de Cádiz: La Constitución de 1812 en el Derecho comparado.

Como actividad complementaria, el domingo se organizó la Visita guiada a la histórica Casa-Hacienda de Punchauca auspiciada y coordinada por CEPAC de la Universidad Católica Sedes Sapientiae

Les adjunto relación de los diputados peruanos participantes en Cádiz y tres semblanzas de los más destacados:

José Lorenzo Bermúdez (Dip. Por Tarma Perú)

Ramón Olaguer Feliu (Dip. Por Perú)

Pedro García Coronel (Dip. Por Trujillo del Perú)

Dionisio Ynca Yupanqui (Dip. por Perú)

Vicente Morales Duárez (Dip. Por Perú)

Jose Antonio Navarrete (Dip. Por Perú)

Blas Ostolaza (Dip. Por Perú)

Francisco Salazar Carrillo (Dip. Por Perú)

Antonio Zuazo Mondragón (Dip. por Perú

La justicia social en el pensamiento de Dionisio Inca Yupanqui: Vicente Romero http://radiolatinos.free.fr/nuestra_america/inca_yupanqui.htm

Se llamó a sí mismo “Inca, Indio y Americano” y dijo que, como militar (coronel de caballería), participó en batallas desarrolladas en Panzacola (México). 
En 1810, España sufría el yugo de las tropas napoleónicas. Hijas de la resistencia popular en la Península , las Cortes Generales y Extraordinarias se reunieron en la Isla de León y en la plebeya Cádiz. En 1812 dieron una Constitución para limitar el poder del monarca católico. 
En las Cortes, Inca Yupanqui fue uno de los 49 diputados de América. Fue la voz de de las castas dominadas. 
El estilo breve y denso de sus discursos es opuesto al que predomina hasta hoy en los parlamentos del mundo. En Inca Yupanqui la hipérbole se reduce a su mínima expresión: parece que la quebrara para ponerla al servicio de una razón coherente. 
Casi desconocido, su pensamiento político y jurídico expresa la necesidad de justicia social con singular potencialidad. En sus discursos constatamos la germinación de un pensamiento liberado de complejos de inferioridad o de superioridad. Le nutre la ética cristiana pero la cualifica con la idea de la igualdad natural entre los hombres. Recurriendo a ambas más que a los datos aportados por la estadística, demuestra lo enclenque de los prejuicios de casta predominantes en las Cortes. Más aún, Inca Yupanqui agudiza la razón lógica y crítica haciendo irrefutables sus argumentos en pro de la justicia social, liberándose así mismo de la ética cristiana y de la filosofía del derecho natural. 
Por haber hecho suyas las exigencias de verdad, de ética y de razón sociales termina dando in cierne nuevos fundamentos y nuevas metas a las ciencias jurídicas y sociales y al quehacer político. He aquí tres surcos de pensamiento formulados por él que necesitan ser cultivados: 

  • Todo pueblo colonizador, conquistador o expoliador está sujeto a ser también dominado (“un pueblo que oprime a otro no puede ser libre”, diciembre de 1810);
  • Es aconsejado tomar decisiones políticas radicales cuando las circunstancias y el momento así lo exigen (“es preciso examinar cuándo se ha de conceder de una vez lo que paulatinamente produciría malos efectos”, setiembre de 1811);
  • El progreso social sólo existe cuando sectores sociales antes postergados hacen uso de nuevos privilegios (“Todo el que es libre, ha disfrutado siempre la protección de la ley para sus haberes; nada nuevo se les franquea, y solo ganan el que entra en posesión de lo que antes no disfrutaba”, setiembre de 1811).

Por la fuerza de estos pensamientos, Dionisio Inca Yupanqui puede ser considerado precursor americano de la cuestión social, cuestión que en estos tiempos se levanta en Nuestra América con una fuerza y amplitud antes nunca vista. Por lo mismo, puede considerársele también precursor de la República social, de la República que es y será a la vez aurora y forjadora de humanidad porque opuesta a todo colonialismo. 

OSTOLAZA, Blas de

Diputado suplente por Perú. Nació en Trujillo (Perú) y estudió Teología en su ciudad natal y Leyes en Lima, llegando a ser rector del Colegio Conciliar de San Carlos (Trujillo) en 1804, aunque tuvo que dejar dicho cargo por diferencias con el obispo, Carrión y Marfil. Ya en España se unió en 1808 a la comitiva que acompañaba a Fernando VII a Francia, llegando a ser confesor del Rey en su destierro de Valençay hasta 1809. Después de salir de la corte del Rey fue apresado por los franceses en San Sebastián, pero consiguió fugarse, siendo elegido diputado el 20 de septiembre de 1810 en Cádiz. Las Cortes le otorgaron su poder en la sesión secreta del 11 de noviembre de 1810. Presentó unas credenciales por las que aparecía como apoderado de Fernando VII en España y América, dando a entender que conocía bien los entresijos que, hasta el momento, habían rodeado la estancia del monarca en Valençay. Participó muy activamente en los debates sobre la abolición del tributo indígena, y llegó a pedir que los negros fueran considerados ciudadanos. Criticó lo que consideraba una muy insuficiente representación americana en las Cortes, y se opuso al artículo 375 de la Constitución, considerando que aquéllas debían ratificarlo. Asimismo, fue uno de los primeros en solicitar la convocatoria de un Concilio Nacional, para tratar, entre otras medias, la salvación de la religión 
Se mostró contrario a la abolición del llamado Voto de Santiago por considerar dicha medida como antipolítica y haberla llevado a cabo, con anterioridad, José Bonaparte, alegando que dividiría los ánimos y disminuiría nuestra fuerza moral, que consiste en la unidad de sentimientos y en la conformidad de nuestros esfuerzos contra el enemigo común.

Informador, fue el firmante número 25 del llamado Manifiesto de los Persas y posiblemente uno de sus inspiradores. Durante su estancia en Cádiz se alojó en la casa de Lavalle, plaza de San Antonio, núm. 2 y, con la reacción absolutista de 1814, Fernando VII ordenó, el 21 de mayo, que se le tomaran informes junto con Mozo de Rosales y el conde de Montijo, entre otros, para que éstos expusieran qué diputados, tanto de las Cortes extraordinarias como de las ordinarias, han sido causantes de los procedimientos de dichas Cortes contra la soberanía de S.M. También denunció al Consejo de Estado y al Ayuntamiento de Cádiz. Fue sacado un día de tumulto popular y fusilado el 6 de agosto de 1835.

Vicente Morales Duárez

Nació en Lima el 24 de enero de 1755. Se doctoró en Derecho civil y canónico, llegando a ser el primer abogado de Lima y catedrático de la Universidad de San Marcos de su ciudad natal.

Fundador del periódico El Mercurio Peruano, ejerció como asesor de Rentas Estancadas, entre 1783 y 1784 , de la Subinspección General de tropas y de la Comandancia general del Apostadero de Marina de El Callao, cargo concedido por el Virrey O´Higgins. A principios de 1810 viajó a España para hacer gestiones ante el gobierno comisionado por el cabildo y la Universidad de Lima, siendo elegido, sin él saberlo, diputado Suplente por el Virreinato del Perú.

Formó parte de la comisión para elaborar el Reglamento de las Cortes y de la comisión creada para redactar el Proyecto de Constitución. Participó, asimismo, en numerosos debates parlamentarios, sobre todo en los relacionados con las reformas ultramarinas, siendo escuchado con atención y respeto, especialmente por parte de los conservadores. Partidario, desde una apostura muy moderada, de no alterar el modelo de estratificación social en Ultramar, por razones jurídicas y de tipo práctico, se enfrentó a Pérez de Castro al reclamar éste que se suprimieran todos aquellas palabras dirigidas a discriminar a las castas pardas de los demás súbditos de América. Reconoció la diferencia que había entre un pueblo de América y otro de España, llegando a utilizar los antiguos textos legales españoles para poner de manifiesto que los territorios americanos, que en su día pasaron a la Corona de Castilla, deberían tener los mismos derechos que los de la Península, basándose para ello en el principio de soberanía nacional. 

Vicepresidente de las Cortes, sustituyendo a Ramón Power y Presidente, por setenta y dos votos, aunque por enfermedad ocupó este cargo apenas un solo día sustituyéndolo el Vicepresidente, Gutiérrez de Terán. Firmante de la Constitución, moriría víctima de una apoplejía, el 2 de abril de 1812, siendo enterrado en Cádiz, con honores de Infante de España.