Como en los buenos cines de antes, Ana Ballabriga nos regaló un programa doble para hablar de las relaciones entre la literatura y el cine, concretamente en lo que a guiones y adaptaciones se refiere. La sesión se inició con la lectura del microrrelato Un encuentro casual, a cargo de su autor, Pedro Pujante, para ver a continuación el cortometraje que sobre dicho texto realizó Miguel Peñalver, en un magnífico ejercicio práctico de cómo convertir la literatura en imágenes.
Hubo palabras también, ¡cómo no!, para el tratamiento que los guiones hacen de las novelas, y cada uno mencionó tanto los casos brillantes como las tropelías que todos podemos recordar una vez visto el resultado final en la gran pantalla. Poco a poco se fue profundizando en las peculiaridades de la elaboración de un guión, que además de atender a la historia que narra, debe tener en cuenta también el público al que se va a dirigir, y cuyo resultado final no queda sólo en las manos del guionista, sino que en él intervienen de manera decisiva otras figuras importantes como los responsables de fotografía, montaje o incluso el propio director de la película.