Ante una sala repleta de asistentes, contamos también con la presencia del propio Jorge Manuel, llegado desde las sombras toledanas del siglo XVII, quien tuvo que ejercer una vez más de portavoz de su padre, que le realizó un buen número de llamadas telefónicas desde el más allá. Ello fue posible gracias a la interpretación del joven actor Emanuel Thomas, quien dio vida de manera magistral al texto escrito para la ocasión por Salvador Martínez Pérez. La autora, tan sorprendida como el resto del auditorio, no pudo sino reconocer una vez más la fascinación que la figura de Jorge Manuel había ejercido en ella, y que se unió a la que desde niña sintiera por el padre, lo que motivó la escritura de esta novela.
A lo largo de hora y media, Rosa Huertas nos habló del germen de su novela, de la manera en la que combina siempre tramas actuales y pasadas en sus obras, del mismo modo que implica a personajes adolescentes que muestren curiosidad por el pasado histórico y sus protagonistas, porque sus caminos están más cerca de converger de lo que ellos creen. Y, por supuesto, del cariño que le une a Cartagena, por razones no sólo familiares, obviamente, sino porque aquí encuentra cada verano un rinconcito de paz en el que desarrollar su actividad literaria.