Las distancias a cubrir eran 1.000 metros nadando, 18.800 en bicicleta de montaña y 4.800 corriendo.
La salida ha sido de forma escalonada en grupos de unos 300 para evitar muertes innecesarias por ahogamiento, aún así para los que no estamos acostumbrados a nadar con tanta gente en el mar, al principio es un poco agobiante.
Después de la natación pasamos por un arco de meta y pasamos por unas duchas donde más o menos nos quitamos el arena de los pies y entramos a los boxes, que es donde están las bicis. Una vez allí nos ponemos las zapatillas lo más rápido posible, el casco bien atado y cogemos la bici para subir fuera de la zona de boxes y a pedalear! Esta ha sido la parte en la que hemos pinchado, hemos tardado 55 y 57 minutos respectivamente, y al ser la parte de más distancia es donde mayor ventaja o desventaja (como es el caso) se puede sacar.
La última parte es la que mejor se nos ha dado, y es que es lo que mejor sabemos hacer, correr. Después de la depresión que da que casi todo el mundo te adelante con la bici, sentimos justo lo contrario. Por lo menos por mi parte, estaba continuamente adelantando a corredores y al ser una distancia tan corta (4.8 km) no importaban los calambres ni dolores ya que la meta estaba ahí.
Sin duda esto engancha aún más que las carreras, así que seguramente que en los próximos Triatlones podréis ver algún que otro mono con el logo del Club de la Bocina.
Saludos!
Esta vez Asela tenía un pase de fotógrafa que le prestaron los organizadores y gracias a eso se pudo meter en todas partes y hacer casi 1800 fotos de gran calidad.
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