Il medaglione insanguinato aka The Night Child: ¿Por qué el destino debe ser tan implacable?

Publicado el 02 mayo 2014 por Fantomas
“Il medaglione insanguinato” (1975), es un film de terror del director Massimo Dallamano, el cual está protagonizado por Richard Johnson, Nicoletta Elmi y Joanna Cassidy.

El documentalista de la BBC Michael Williams (Richard Johnson) le regala a su pequeña hija Emily (Nicoletta Elmi) un viejo medallón que perteneció a su difunta esposa. Cuando se ven obligados a viajar a Italia para que Michael pueda filmar un programa basado en la descripción de distintas imágenes satánicas, Emily comienza a exhibir un comportamiento extraño que parece estar relacionado con el medallón y con una vieja pintura que Michael ha estado investigando.



Durante su carrera, el infravalorado director italiano Massimo Dallamano se las arregló para realizar un buen número de films interesantes de diversos géneros. Nacido en Milán en 1917, Dallamano comenzó su carrera como director de fotografía a fines de los cuarenta, rol que mantendría de manera estable durante al menos dos décadas. Eventualmente, sería gracias a su participación en el western “Gunfight at Red Sands” (1963), que Dallamano terminaría de cimentar su reputación al interior de la industria cinematográfica italiana, lo que le permitió no solo probar suerte como director en doce producciones, sino que además le otorgó la oportunidad de trabajar en dos ocasiones con el aclamado director Sergio Leone en dos de sus películas más importantes: “A Fistful of Dollars” (1964) y “For A Few Dollars More” (1965). En la década del setenta, Dallamano filmaría sus mejores trabajos, destacándose el que probablemente es la mejor cinta de su carrera, el perturbador giallo “Cosa avete fatto a Solange?” (1972), y una de las tantas producciones que quisieron aprovechar el arrollador éxito obtenido por “The Exorcist” (1972), del director William Friedkin, la inquietante “Il medaglione insanguinato”. A sabiendas del interés por la iconografía religiosa que había despertado en el público la película de Friedkin, Dallamano junto a los guionistas Franco Marotta y Laura Toscano, desarrollaron un guión en el cual la presencia de ciertas fuerzas demoniacas amenaza con desatar una serie de sucesos trágicos de los cuales es protagonista una pequeña niña.

En “Il medaglione insanguinato”, Michael Williams es un realizador de documentales el cual se encuentra investigando en la villa italiana de Spoleto una serie de imágenes satánicas, cuando de casualidad descubre una pintura que retrata a una turba persiguiendo a una pequeña niña, todo esto bajo la atenta mirada de un ángel en llamas que está cayendo del cielo y del mismísimo Satán. No pasa mucho tiempo antes que Williams se obsesione con dicha pintura, ya que no hace más que recordarle la violenta muerte de su esposa, tragedia que fue presenciada por su joven hija Emily, quien sigue viéndose atormentada por las cruentas e inolvidables imágenes de aquel día. En el curso de su investigación, Michael conoce a la Condesa Capelli (Lila Kedrova), una experta en arte pictórico quien además dice poseer poderes psíquicos, la cual le relata que la misteriosa pintura que tanto le interesa apareció la noche que el cuerpo de una niña desapareció de la villa 200 años atrás. Lamentablemente, aun cuando la Condesa le advierte que es mejor mantenerse alejado de dicha obra ya que está asociada a una vieja maldición, Michael continúa con su obsesiva investigación la cual eventualmente le revela la existencia de un medallón inusualmente similar al que porta su hija en el cuello, quien coincidentemente se ha estado comportando de manera extraña durante el último tiempo.



Tanto Michael como Emily son acompañados por Jill Perkins (Ida Galli), la niñera de la niña, y por Joanna Morgan (Joanna Cassidy), la productora del documental que está realizando el protagonista, la cual posee un innegable parecido a la fallecida madre de Emily. Casi de manera inmediata, tan pronto como Michael conoce a Joanna, no puede evitar sentirse atraído por su bella compañera de trabajo, lo que no solo provoca que Jill comience a sufrir en silencio, ya que está enamorada en secreto de su empleador, sino que además molesta de sobremanera a Emily, quien siente que su padre no le presta la suficiente atención. Esta inesperada situación aumenta los niveles de angustia de la pequeña, quien además de lidiar con sus constantes pesadillas sobre la incendiaria muerte de su madre, ha estado teniendo visiones en las que se ve perseguida por una turba furibunda, las cuales se asemejan bastante a la imagen retratada en la pintura con la que Michael está fascinado. Este complejo escenario romántico conforma un cuadrado amoroso en el cual las tres mujeres en la vida de Michael, hacen todo lo posible por ganarse su afecto, no siempre con buenos resultados. Y es que el protagonista ve en Joanna una oportunidad de rehacer su vida tras la extraña muerte de su esposa, de la cual incluso fue considerado sospechoso, por lo que no puede evitar concentrar sus afectos en ella. Para colmo, la alguna vez amigable relación que existía entre Emily y Jill, ha comenzado a resquebrajarse debido al errático comportamiento de la niña, quien ve en la niñera a un enemigo del que debe deshacerse a toda costa.

El gran mérito de Dallamano es no haber caído en la trampa de escribir un guión calcado al de “The Exorcist”, bajo la creencia de que así aseguraría el éxito de su proyecto. El director crea un film plagado de iconografía religiosa, al mismo tiempo que escoge locaciones que exudan una atmósfera siniestra, y utiliza una serie de flashbacks de características oníricas para mostrarle al espectador la historia que se esconde tras el medallón que porta Emily. A su vez, “Il medaglione insanguinato” juega bastante con la sutileza y la ambigüedad, ya que se plantea la posibilidad de que los problemas de Emily pueden ser de origen psiquiátrico y no necesariamente responder a una suerte de posesión demoniaca. Si bien existen algunos indicios de que Michael y compañía están lidiando con fuerzas sobrenaturales, no son suficientes como para afirmar que son las responsables de los hechos que han estado ocurriendo al interior de la villa donde vive el protagonista. En cierta medida, la excéntrica Condesa Cappelli se convierte en la encarnación de gran parte de los aspectos sobrenaturales del film, ya que una serie de coincidencias termina otorgándole cierta credibilidad a sus fantásticos y proféticos dichos, los cuales son vistos por Michael como mera superstición. A fin de cuentas, es precisamente la falta de certeza que se tiene con respecto al origen de los sucesos que están ocurriendo en Spoleto, lo que contribuye a que una historia que claramente está cargada al drama psicológico por momentos resulte escalofriante.



En general, el elenco realiza un buen trabajo, especialmente Richard Johnson y Joanna Cassidy, quienes gracias a la innegable química que presentan, logran que la relación sentimental que se genera entre sus personajes resulte creíble. Sin embargo, quien sin duda se convierte en el centro de atención es Nicoletta Elmi, la cual pese a verse algo dubitativa en algunos pasajes del film, interpreta de manera convincente la angustia y la confusión de la que es víctima Emily, al mismo tiempo que la retrata como una niña manipuladora y extremadamente celosa una vez que ella supuestamente está bajo el influjo de un espíritu demoniaco. En lo que al aspecto técnico del film se refiere, resulta destacable el estupendo trabajo de fotografía de Franco Delli Colli, el apropiado diseño de producción de Luciano Puccini, y el trabajo de edición de Antonio Siciliano, quien mediante la inclusión de imágenes prácticamente subliminales, logra que el film presente tintes casi esquizofrénicos que bien pudiesen estar reflejando la fragmentada mente de la pequeña Emily. Por último, la banda sonora compuesta por Stelvio Cipriani más que realzar el tono siniestro que posee el relato, tiende a sugerir que la historia protagonizada por Michael Williams y su hija es una fuertemente marcada por la tragedia y la muerte.

Pese al buen trabajo de Dallamano, “Il medaglione insanguinato” presenta algunos problemas tanto a nivel narrativo como técnico. Mientras que por un lado el film requiere de algo de paciencia por parte del espectador, debido al ritmo pausado que le imprime el director a su obra, ciertas escenas dejan en evidencia lo pobre de los efectos visuales de la producción, lo que lamentablemente convierte ciertos momentos que se supone debían ser escalofriantes, en simples ejercicios de comedia involuntaria. De la misma forma, el climático final de la cinta es saboteado por la inexplicable inclusión de la frase “¿Por qué?”, la cual aparece en medio de la pantalla en la forma de gigantescas letras azules. Si bien es entendible que el director intente otorgarle un trasfondo casi filosófico al relato con respecto a las implicancias del destino, este efecto visual en particular bien podría haber sido obviado con el fin de preservar la atmósfera perturbadora que caracteriza al film. En definitiva, “Il medaglione insanguinato” es una pequeña joya del cine de terror italiano, la cual más que intentar imitar lo hecho por William Friedkin en “The Exorcist”, busca relatar la trágica historia de una familia que se ve imposibilitada de escapar de su cruel destino, el cual parece estar estrictamente ligado con una pieza de arte profético y con un misterioso medallón.



por Fantomas.