Una de las muchas cosas que admiro de Jorge Martínez es su capacidad para cambiar de registro, tanto de voz como de estilo, y ofrecer grandes temas que pueden ir desde el punk rock más agresivo hasta las melodías más embriagadoras, como es el caso que nos ocupa.
La canción que cierra su disco Rebelíon Ilegal ha calado hondo en mí desde sus primeras audiciones. Por supuesto la música tuvo mucho que ver, con ese piano que te transporta hacia dimensiones oníricas, pero sobre todo la letra que habla de regresar a tu tierra tras pasar tiempo fuera en lugares lejanos y distintos del que nos sirve de residencia.El bosque que retrata es a la vez un lugar acogedor y que se echa de menos, aunque también muestre una faceta oscura que puede ser útil como refugio o clausura para superar épocas difíciles y tristes.
Y una vez visto el videoclip que acompaña a la canción, pienso que la elección del escenario no ha podido ser mejor, con esas ruinas dentro del bosque y tan cerca de los acantilados junto al mar. Estoy deseando poderme escapar y visitar Ribadedeva para sentir en primera persona las sombras y fragancias de este bosque tan particular.