Imagina una serie donde, prácticamente, casi todos sus personajes te caigan mal. Ahora imagina otra donde la trama de vueltas sobre sí misma y parezca no ir a ninguna parte. Y ahora viene lo mejor. Imagina que a pesar de todo esto te tragues sus diez episodios de treinta y tantos minutos sin casi pestañear, raro ¿no? Así es Enlightened (Iluminada).
Decir que tiene muy buenos actores está muy bienbien (Laura Dern y Diane Ladd, madre e hija también en la ficción, están estupendas), pero con tanto bagaje seriéfilo a nuestras espaldas tampoco es decir demasiado. Decir que tiene una factura estupenda mola mucho, y dado que está en HBO, ya no sorprende a nadie, pero tampoco es el suficiente reclamo como para salir corriendo a ponerse con ella lo antes posible. Entonces, ¿Qué tiene Iluminada que merezca la pena? Nada y todo.
Y aquí está el lío...
Partiendo de la base de que el personaje protagonista es insoportable (quiero que quede bien claro esto para que no me vengan después con reclamaciones), dentro de la luminosidad aparente de la trama, y de su declarado e indiscriminado optimismo artificial, existe otra serie agazapada, ésta más sórdida y oscura (enrarecida diría) que, cuando le da por salir de su cueva y hacer acto de presencia, hace que todo cobre vida aunque sea sólo por contraste y derribo. Y es ahí cuando te pica y te inyecta curiosidad en las venas. Ahí está su grandeza (maravilloso el episodio dedicado a la madre de la protagonista), o más bien su salvación (hay muchos tramos y personajes realmente anodinos y prescindibles).
Sinceramente, no sé si Iluminada es una serie estupenda de la muerte que no acabo de entender del todo porque mi intelecto no llega (o no quiere llegar), o por el contrarío una tomadura de pelo muy bien envuelta, maquillada, y con firma, pero vacía. Posiblemente ni lo uno ni lo otro. O tal vez todo a la vez. Da igual. Lo único que puedo decir es que Iluminada es una flor rara que, aunque no sea especialmente hermosa, ni huela estupendamente, ni encaje bien en ninguna maceta, por mucho que se intente, no se puede dejar de mirar. Y eso para una serie ya es decir mucho.