DC vuelve y Marvel va. Al principio desta década las cifras de venta de grapas de Superhéroes en tiendas especializadas de EE.UU. (casi los únicos lugares físicos donde allí se pueden conseguir a pesar de los inconvenientes que eso supone) para sus editoras eran insatisfactorias y por ello DC, siempre una editorial más innovadora y abierta que Marvel, decidió petarlo todo para aumentar la audiencia. Decidió reiniciar el Universo DC, variar la temática un poco y rejuvenecer a los personajes así como las historias. Fue un movimiento loco, por lo que sólo se puede explicar desde la frustración, pues no tenía sentido hacer cómics juveniles con autores cincuentones o con gente que no había salido del gueto de los Superhéroes en su vida, pero es que además luego se supo que quien compraba grapas eran los adultos no los jóvenes. Finalmente, para completar el desastre, lo único bueno del movimiento, editar cómics no superheroicos, fue un fracaso seguramente porque la clientela que pilla grapa no superheroica en parte lo hace porque pasa de las grandes empresas, no cree que puedan producir un entretenimiento que le guste. Así se sucedieron meses de angustia que convirtieron DC en un lugar hostil para el trabajador que sólo terminaron cuando se tocó fondo, pues la fórmula de los mandamases de la editorial ante la cagada no fue tratar bien a los creativos sino mercadotecnia (portadas múltiples, portadas amarillistas, eventos, crossovers...). Cuando por fin los editores decidieron que su terapia no funcionaba volvieron a decidir virar, esta vez de forma menos agresiva y abrasiva, optando por disimular que lo que DC busca es la pela y dirigiendo los cómics otra vez a su público natural, los aficionados a los superhéroes, pues aunque pocos están más dispuestos a gastar su dinero en papel, aunque sólo sea por coleccionismo, que los adolescentes. Así, hoy, ya que las ventas no han mejorado, Marvel está inmerso en la ida (pero corrigiendo muchos de los errores que cometió DC porque la cobardía a veces compensa) mientras que DC está volviendo (sin renunciar a lo hecho). En este proceso, que está llegando ahora a España, se enmarca esta nueva colección, que lleva un título tradicional: Liga de la Justicia de América. Está claro que apela a lo clásico a pesar de tener la alineación N52. Otra cosa que lo deja claro es que Wonder Woman lleva bragas. Lo malo es que a Hitch le gustan escuálidas.
Lo que me ha llevado a ella no ha sido el aroma a clásico. Yo no soy fan de DC, sólo tenéis que ver el blog. En todo caso de la DC de 1997-2005. Lo que pasa es que la JLA me parece el supergrupo más interesante de todos pero no me gusta G. Johns como guionista (es un Busiek moderno, tan convencional como casarse de blanco tras años de convivencia con la pareja), así que desde los N52 no he leído nada (de hecho desde el fiasco Meltzer) del susodicho. Por tanto, lo que me atraía era la posibilidad de poder volver a leer una cole de la JLA. Además Hitch es uno de los mejores dibujantes de Superhéroes de la Historia, aunque no ha participado en algo grande en calidad. Así pues, teniendo en cuenta que podría trabajar donde quisiera y con quien quisiera, tanto de ficción como real, que haya decidido dedicarse a esta cole significa que tiene entusiasmo, interés y un proyecto sólido (no creo que DC lo hubiese autorizado de otro modo) pues se ha ido madurando con el Tiempo. No tiene pinta de que Hitch se le ocurriese ponerse al frente de la JLA de un día para otro. El grupo le debe molar más que cualquier otro del mainstream y así, como cualquier fan, ha ido imaginando con el tiempo historias del supergrupo. Todo esto neutraliza, en mi opinión, su poca experiencia como guionista y abre la posibilidad de que si la experiencia se combina con el éxito, se venga arriba y llegue a hacer algo bueno. De momento, para ser un hot, está manteniendo el interés en su trabajo.
Así pues JLA era una cole que esperaba junto a Superman y la alabada "Guerra de Darkseid" (o algo así). De todas ellas, desas 3, es la única que me ha molado. Superman no está mal, está bien guionizada y es actual pero no parece que vaya a ser interesante, y la Guerra es puro G. Johns: bien hecha pero vulgar y convencional como cualquier otro producto empresarial. De todos modos dejemos algo claro ya, la JLA de Hitch es mediocre. Bueno este nº, lo único que he leído.
Es un trabajo mediocre pero tiene algo seguramente inapreciable para un aficionado del siglo XXI. No es que sea un clásico, por edad Hitch pertenece a los 90, no estamos ante un ejercicio de nostalgia, es simplemente otra forma de narrar. Una forma más directa, sencilla, concreta y heroica. Así pues, como autor, Hitch está más cerca del siglo XX que de pensar en tpb y temporadas. Aquí por lo menos. Y aunque sea inexperto no es manco. Para empezar lo clava. Una ley de la narración es enganchar desde el principio, que en algo visual significa también impresionar. Hitch la cumple a la perfección en las 1º páginas: una montaña de cadáveres de Superman. Si eso no engancha, nada lo hace. Y por si acaso Hitch remata: un Superman moribundo le dice al Superman protagonista una frase corta y ambigua antes de fallecer. Eso es empezar como hay que empezar y no como se hace hoy, dejando lo gordo (que suele ser menos que un Superman muerto) para el nº 5 o 6. Planteado el misterio, en el resto del nº Hitch, mientras lo gestiona, tira de la Fórmula, pelea superheroica espectacular que llena casi todo el episodio, para llegar, un tanto atropelladamente, a un buen cliffhanger. Por el camino tenemos un Superman con más sangre en las venas de lo habitual a pesar de su inmenso autocontrol (ver una montaña de cadáveres suyos le altera poco) y superhéroes de verdad, gente de una pieza, que se suele confundir con unidimensional o plana a pesar de que quiere decir heroica, es decir, valiente, tenaz, magnánima y generosa. No estamos ante héroes sensibleros (emos) o en crisis (ahora pierdo el nombre, el martillo y el brazo, ahora envejezco y pierdo el escudo, ahora vuelvo a ser borracho y malo...) que es la tónica de Marvel desde hace mucho tiempo. Estamos ante personajes que son héroes, no mezquinos o lloricas. Estamos ante gente que actúa, se sacrifica e intenta hacer lo mejor. Ante la gente que hizo mainstream al género. Gente con carisma. Es decir ante personajes del siglo XX. Personajes que venden por sí mismos y no por sus autores o porque la empresa lo dice como los del XXI.
Junto con la montaña de cadáveres de Superman y personajes de una pieza (si bien en el episodio sólo se puede considerar como tales a Superman, Aquaman y Cyborg ya que los demás son secundarios) otra cosa que me ha encantado ha sido el dibujo. Se ha criticado mucho a Hitch por él. Es cierto que se limita a abocetar 9 de cada 10 viñetas así que deja mucha responsabilidad a sus entintadores, que cumplen con creces, pero es que su estilo realista no puede ser mensual porque lo artesanal lleva mucho tiempo. Así pues hay que agradecerle que se haya currado un especial de 48 páginas sin recurrir al ordenador ya para cortar y pegar ya para generar fondos. Hitch, gracias a su enorme talento, puede dibujar todo en cualquier perspectiva con soltura y eficiencia y así pese a que la mayoría de las viñetas no están trabajadas, cumplen de sobra porque están por encima de la media en competencia y corrección anatómica. Por si esto no fuera suficiente Hitch compensa su abocetamiento currándose los fondos y la narrativa. En la Acción el entorno es más importante que la figura ya que es lo que da espectacularidad, es decir, tridimensionalidad, escala y verosimiltud. La acción no mola sobre fondos vacíos sino inmersa en un entorno real. Hitch es uno de los pocos dibujantes que se ha dado cuenta dello y por eso es de los buenos. Así, aunque sorprende que los edificios estén más currados que las figuras, en realidad eso es lo inteligente. En cuanto a la narrativa el tío en general se curra entre 5 y 7 viñetas por página que se leen en diferentes órdenes. Así todo queda fluido, detallado y con ritmo. La historia es mediocre pero está genialmente animada y así eso no importa mucho. Por tanto es normal que haya flipado con ello. Estos últimos años leyendo a Marvel me he tragado muchos dibujantes que apenas hacen más de 4 viñetas por página, que pasan de los fondos, que copipastean mucho y ponen fondos de ordenador siempre, y con una narrativa pobrísima ya que sólo conciben la viñeta como émulo de la pantalla de cine de modo que siempre se lee de arriba abajo. Así es normal que me haya entusiasmado cuando me han dado algo bueno. Algo que es Cómic. Algo cuyo segmento narrativo puede tener cualquier tamaño y puede tener diferentes órdenes de lectura. Si comparáis todos los cómics de la etapa de Hickman en Los Vengadores hechos por mil dibujantes, se supone que de los mejores de la editorial, por ejemplo, veréis que ninguno resiste la comparación. Hitch sabe hacer cómics de Acción mientras que los dibujantes de Marvel no, hay excepciones. Siempre las hay. El Opeña y el Deodato, por citar los más celebrados, al lado de Hitch hacen basura.
Por tanto, dentro de ques un nº mediocre porque privilegia la Acción y porque no inventa nada nuevo, la sabiduría, la experiencia, las ganas y una buena idea hacen deste nº de la JLA el mejor nº 1 de la década (y a lo mejor del siglo) porque promete y engancha, que es lo tiene que hacer. Ahora a ver que pasa, si Hitch se mantiene o mejora o se desinfla o desfonda y si sus ideas no son tontáas. De momento le agradezco enormemente que hoy se ponga a hacer un cómic de Superhéroes de verdad, sin concesiones a la moda, lo juvenil y a las trapacerías de los guionistas actuales. Los superhéroes molan sólo cuando son superhéroes.