Así comienza el texto del primer contrato que Nirvana firmó con la discográfica independiente Sub Pop a finales de los ochenta, y que se formalizó por 600 dólares (algo así como 450 euros) por un primer año.
Eso sí, los dirigentes del sello fueron más avispados de lo que parece, pues se guardaron las espaldas con una opción sobre la banda por uno o dos años más, a razón de 12.000 y 24.000 euros, respectivamente, si la cosa funcionaba.
La fecha de inicio del contrato fue el 1 de enero de 1989, y obligaba a los nirvana de entonces a grabar un álbum en el primer año, y otro en cada uno de los otros dos siguientes.
Pocas más farragosas cláusulas aparecen en este contrato (difundido ahora por Sub Pop), sin letra pequeña y con algunos espacios en blanco debidamente cumplimentados.
Ninguno de los firmantes imaginaba entonces la historia que estaban comenzando a protagonizar. Clicka en la imagen siguiente para ampliar: