Siendo uno de los ejemplares más conocidos de los 41 dólmenes que componen la colección de monumentos megalíticos ubicados en el término municipal de Valencia de Alcántara, debido al fácil acceso al mismo así como a la restauración que le permitiese volver a coronarse con la cubierta original que antaño lo sellaba, Tapada del Anta I se ofrece al visitante rodeado aún por parte del túmulo térreo ovoidal que lo cubría, conservadas las paredes laterales del corredor de acceso al prehistórico mausoleo, circular estancia funeraria cercada nuevamente por los siete ortostatos de sujección de la tapa vertical que la componen, tras los trabajos de consolidación que sobre el inmueble se realizaron a finales del siglo XX por la Junta de Extremadura . Valencia de Alcántara (Cáceres). Fechado entre los periodos Neolítico y Calcolítico (IV y III milenios a.C.).El conjunto megalítico valenciano recibe la declaración de Bien de Interés Cultural por la Junta de Extremadura, con categoría de Zona Arqueológica (Decreto 51/1992 de 05 de mayo de 1.992).
Arriba y abajo: orientado como todos sus hermanos hacia el poniente, el largo corredor del dolmen de Tapada del Anta I, de 5,70 metros de longitud y dos tramos (arrriba), se abre desde el levante antecedido de un pequeño atrio (abajo) donde, a raíz de las excavaciones y estudios llevados a cabo sobre el bien en los años 90 del pasado siglo por el profesor Enríquez y Carrasco, pudieron rescatarse, expoliado por completo el interior de la cámara, diversos elementos arqueológicos tales como puntas de flecha, vestigios de ídolos placa o diversos fragmentos cerámicos, adivinándose así un continuado culto a los difuntos depositados en el panteón, agasajados con ofrendas por parte de sus familiares vivos desde este punto externo al túmulo de cubrimiento pero de acceso o comunicación con el mausoleo y mundo de los muertos, persiguiendo quizás el cuidado y amparo de los mismos.
Arriba y abajo: a pesar del aspecto que presenta en la actualidad, resultante de la restauración que sobre el yacimiento llevase a cabo la Junta de Extremadura a finales del pasado siglo, las piezas que componen la cámara funeraria del dolmen valenciano de Tapada del Anta I se encontraban, si bien en su conjunto numérico completo de siete ortostatos y cubierta elaborados en granito, en completa ruina, habiéndose visto vencidas las piezas laterales hacia el interior a raíz de haber sido excavado por los expoliadores totalmente el suelo de la cámara, desenterrando de esta manera la base y sujección de los ortostatos provocando tanto la desestabilización de éstos como el desplome de la pieza de cobertura, debiendo ser los trozos en que ésta quedó partida grapados para poder ser recolocada en su destino original (arriba), igualmente selladas las fisuras de los ortostatos 1 (abajo), 2 y 6, recolocándose las piezas y recuperándose así la cámara poligonal de tendencia circular, de 4,28 metros de longitud en su eje Norte-Sur, 3,90 en la línea Este-Oeste, que alcanza en altitud los 3,80 metros de altura.
Abajo: siendo uno de los ejemplares dolménicos más cercanos al vecino país luso, con acceso al mismo desde la ruta que conduce al conocido como Molino de la Negra, añejo inmueble industrial sito junto al río Sever y línea divisoria entre sendos países ibéricos, el dolmen Tapada del Anta I, enclavado sobre una loma de 448 metros de altitud, se ofrece hoy a la vista tras la limpieza de los alrededores y, con ella, cierta recuperación de los restos de túmulo que originalmente cubrían el mausoleo, nuevamente hoy en pie tras haberse visto sus ortostatos resarcidos del desplome al que habían sido condenados, descubriendo una nueva etapa histórica como excelente bien arqueológico que, junto a sus hermanos de término, engrosan el dilatado listado de monumentos megalíticos con que cuenta la región extremeña, enriqueciendo el basto y amplio patrimonio histórico-artístico de Extremadura.