Formando parte de los abundantes restos arqueológicos que circundan las proximidades del roquedo de Peñaflor, natural atalaya que sobre el río Tajo fuese escogida por celtas, romanos, visigodos y musulmanes como lugar de asentamiento y almenara defensiva sobre el margen derecho del cauce fluvial, se descubre una pequeña colección de enterramientos basados en sepulcros excavados sobre la berroqueña piedra, de debatida datación entre cuyas teorías triunfa la que las sitúa en época de dominación visigoda, destacando la menuda necrópolis entre otras del mismo estilo y época de la región por conservarse junto a las tumbas retazos de las tapas graníticas que sellarían los enterramientos, habitualmente desaparecidas.Berrocalejo (Cáceres). Siglos VI-VII d.C.; estilo visigodo.
Arriba y abajo: semiescondidos al visitante por la hierba y el pastizal que impera en el enclave, pueden localizarse a simple vista cinco sepulcros en las cercanías de la atalaya de Peñaflor, ubicados cercanos los unos a los otros, tallados todos sobre la roca granítica madre en pareado grupo de dos aumentado con otra tumba aislada, ésta sobre un berrueco quedando los primeros a ras del suelo, figurando junto a sendos dúos restos de las tapas que los cerraban y guarnecían su interior (arriba), tiempo atrás expoliados (abajo).
Arriba y abajo: con diseño trapezoidal dispuesto a acoger al difunto en posición de decúbito supino (arriba), se halla a pocos metros de dos grandes bolos graníticos una de las dos parejas de sepulcros que restan en el lugar, yaciendo junto a los enterramientos porciones de las cubiertas que los guarnecían, de similar fábrica berroqueña que las tumbas (abajo), tan abundante en la zona.
Abajo: labradas también en dúo pero no en paralelo sino contigua verticalmente la una a la otra, dos tumbas más afloran horadadas en la roca madre a nivel terrenal, ofreciendo como en el caso de sus hermanas vestigios de las losas que las cerraban, raramente presentes junto a este tipo de enterramientos, destruidas o reutilizadas tras el saqueo del interior de las fosas.
Abajo: sobre un berrueco de mayor envergadura se quiso cincelar una aislada quinta tumba de tipología rectangular tendente sin embargo al antropomorfismo, al poder apreciarse en el interior de la misma un ligero horadamiento extra en el lateral junto al que se depositaría la cabeza del difunto, preciso para poder colocar con mayor comodidad el inerte cuerpo fallecido.
Arriba y abajo: dirigiendo nuestros pasos hacia el roquedo de Peñaflor es fácil toparse entre arbustos y maleza restos constructivos procedentes de variadas construcciones y distintas épocas, tales como sillares de labra romana (arriba), así como vestigios de los muros de la atalaya andalusí que las fuerzas islámicas levantaron junto al grupo de berruecos que componen el peñascal (abajo), para el que reutilizaron restos hispano-romanos anteriores tales como un miliario tomado de la cercana vía Iter ab Emerita Caesaraugustam, unión entre las latinas Mérida y Zaragoza que junto a este enclave superaban el curso del antaño río Tagus.
Abajo: la localidad de Berrocalejo, ubicada en la zona más oriental de la provincia cacereña, arrinconada entre el embalse de Valdecañas y la provincia de Toledo, con acceso desde la autovía A-5 tras dejar atrás Navalmoral de la Mata en dirección a Madrid y desviarnos por la carretera CC-33.2, atravesando el municipio de El Gordo, dista del roquedo de Peñaflor unos tres kilómetros, enclavado el peñascal al Sur del pueblo. Una senda que parte del pilón donde hoy en día se recogen las aguas que dieron origen a la población, como descansadero para los rebaños de la Mesta, se dirige hacia el histórico enclave tras abandonar el casco urbano a la altura de un pequeño parque descubierto a mano derecha del caminante. La senda, entre encinares y campos de labranza, alcanzará un vallado junto al cual se presenta una bifurcación de caminos, siendo la ruta diestra la que dirige los pasos hacia nuestro destino, visible la cuenca del Tajo alcanzado un punto geodésico a partir del cual comenzaremos a descender, acercándonos poco a poco hacia la otrora tierra por diversas culturas habitada.