Cientos de colmenas cuelgan de la pared de un acantilado de la reserva natural de Shennongjia, en China, para imitar el hábitat natural de los insectos con la esperanza de atraer a las abejas silvestres.
Las cajas de madera están ancladas a la roca, de tal manera colocadas que el apicultor las utiliza como escalera para subir de una a otra. China produce actualmente la mitad de la miel en el mundo.