Sabes que me gusta escribir, que no lo puedo remediar. Ya te confieso que este abandono no era un paréntesis ni un hasta luego; simplemente, es eso: un abandono. Pero no para siempre, no creo que haya abandonos eternos. Y más si aún seguimos por aquí y tenemos libertad de expresión, medios para teclear y alguna que otra carcajada sincera al día. Mientras que los astros o quién c*** sea el responsable de proveerme de ello no se ponga en huelga, me leeréis de vez en cuando- algunas más veces, otra más cuándos…
Echando un vistazo al blog, me doy cuenta más aun de qué tanto ha cambiado en tan poco tiempo. Ningún libro de los que veis ha sido terminado o devorado con ganas; las promesas han sido incumplidas y, sobre todo, hablé de paréntesis… Ilusa…
Me imagino que algunos creeréis comprender todo y otros nada, pero esa es la magia de la interpretación. Aplicad estas miseras palabras a vuestra vida y multiplicarlas al cuadrado. Y salpimentadlas con un poquito de ilusión en salsa, que nunca viene mal. Porque la vida es eso, vida, y tenemos que aliñarla: con una cerveza, con un buen olor a tarta de chocolate o, simplemente, con un “te quiero”.
Porque la vida, me imagino, que puede seguir siendo maravillosa;
aunque ya no estés tangible en ella, no te enfades o me taches de pesada;
Sí, me imagino que la vida puede seguir siendo maravillosa… Imagino.
Te quiero.