Martes, 10 de noviembre de 2015. 19:48 horas.
Me dispongo en estos momentos a coger el tomo número 12 de la GEL (Gran Enciclopedia Laouse), una excelente enciclopedia que dormita desde hace años arrinconada en el estante superior de la librería a de mi estudio a mi derecha. La abriré por el medio, en una página al azar, y sobre la primera palabra que encuentre escribiré una entrada...
Y la palabra es.... "imbécil" (pág. 5682, mediado el tomo, casi encabezando la primera de las tres columnas, tras las dos últimas líneas de la definición de "Imbauba" y bajo una bucólica foto de Imerina, que es, por lo visto, una zona de arrozales en las cercanías de Ambatolampy, en Madagascar). No he podido contener una carcajada tan sonora que hizo que Charo, que subía por la escalera en ese momento, se asomara a la puerta sorprendida. Yo le comento excitado: ¡Juro por Dios que no hice trampa!. Buscaba una palabra al azar para escribir una entrada e "Imbécil" apareció por casualidad al separar con mis pulgares la mitad del bloque de páginas de aquel volumen de funda gris. La verdad es que sentía cierta inquietud ante esa lotería semántica: ¿Y si me toca una palabra rarísima de significado extraño y de la que tuviera conocimiento nulo?... Pero de "imbécil" tengo conocimientos sobrados; vamos que podría escribir un tomo entero basándome en mis propias experiencias... y en las ajenas, porque todos tenemos algo de imbéciles, que es lo mismo que decir "gilipollas", madre.
Leamos...
IMBÉCIL. adj. y n. m. y f. (lat. imbecillem, débil en grado sumo). 1. Desp. Dícese de la persona poco inteligente: Si eres tan imbécil que te dejas explotar por tu madre no cuentes con el cariño de tu tío (Blasco Ibáñez.) 2. Desp. Dícese de la persona que molesta por lo que hace o dice: Muchos imbéciles me piropearon al pasar (Jardier Poncela).
- Psiquiatr. Afecto de imbecilidad (déficit intelectual profundo).
- adj. P. us. Flaco, débil.
En un largo discurso y, para salir del paso ante un bloqueo momentáneo, podría divagar largamente escribiendo sobre los distintos elementos de la definición: hablaría de los diccionarios en general y luego de los enciclopédicos en particular, de su sistemática ordenación alfabética, de la centrada posición de la "i" entre las letras del abecedario, de la categoría de los adjetivos, de su grado superlativo (el grado sumo), de las diversas acepciones, de las abreviaturas utilizadas en la definición: adjetivo, nombre, masculino, femenino, despectivo, psiquiatría y "poco usado"; de la frase de ejemplo en basardilla del escritor valenciano Blasco Ibáñez con esa frase que previene contra el chantaje materno (material para un libro entero); del ejemplo a pie de calle de Jardier Poncela que nos hace visualizar escenas callejeras por todos conocidas; de su empleo en psiquiatría para etiquetar a personas poseedoras de un CI muy bajo (hoy día sustituidas por algún término eufemístico menos hiriente); de su empleo como adjetivo de escaso uso para calificar algo flojo y, si me apuras, de las reglas ortográficas "m antes de p" o la tilde en las llanas... Pero es que, lo que realmente me motiva, lo que me hace teclear con una sonrisa en los labios, es hablar de imbécil como el adjetivo que todos utilizamos cuando nos encontramos con el estúpido de turno, con el gilipollas de cada ocasión... (y a veces ese turno nos toca a nosotros). ¿Quién no ha exclamado alguna vez ante una pifia: "¡Soy un imbécil!"? o ¡Mira que soy gilipollas!...
(Es el momento de un descanso musical con una canción de ambiente para este erudito discurso... activa los altavoces y escucha el vídeo)
¡Y yo con mi artículo como un gilipo-o-o-o-llas, madre...!
Pero no solo eso... ¡es que también te lo llaman a menudo los demás!. Recuerdo que la última que alguien lo hizo (que yo lo percibiera) fue mi suegra en modo coloquial en una comida familiar. Entonces escribí una entrada en el blog al respecto (luego lo negó todo, pero "Santa Rita, Rita, Rita... lo que se escribe resucita")
Sin embargo vamos a dejar este coloquial sinónimo (palabra cuyo significado tiene un origen curioso del que podéis informaros rastreando la red en busca de sus diferentes interpretaciones) y centrémonos en el término exacto: "Imbécil", usado para describir a alguien poco inteligente. Esto vale para todos. Podríamos extendernos aquí sobre el concepto de "inteligencia" y su significado: ¿Qué es esa inteligencia negada al imbéil? Muchos psicólogos la reducen estrictamente a "lo que miden los test de inteligencia", es decir la capacidad de responder a unas cuestiones específicas; otros se fijan en las muchas facetas del término: inteligencia emocional, social, espacial, verbal, práctica, numérica... serían tantas y tan diversas que raro será aquel que supero todas holgadamente: podemos se un genio en informática y, a la vez, auténticos zopencos en nuestras relaciones con los demás (imbécil social) o ser ingeniero titulado pero no tener ninguna capacidad práctica para afrontar los problemas del día a día.
Podríamos también estudiar ese adjetivo en su acepción de insulto, con su doble carga peyorativa: "tonto y molesto"; y en ese sentido se emplea en la mayoría de las ocasiones. A veces moderando su agresividad debido a los lazos familiares o de amistad del insultado: es el "No somo novios, imbécil" que dice la hermana mayor al pequeño demasiado perspicaz; otras terriblemente agresivo y desvalorizante: "Es usted un imbécil" del jefe a su subordinado, o el irritado "Déjame en paz, Imbécil" de la chica al pesado de turno. El término también se constituye en una de las armas arrojadizas de los compañeros abusadores en el instituto o uno de los martillazos de algunos maestros en la autoestima de los alumnos...
Sería largo comentar la extensa colección de sinónimos de esta palabra (tan amplia y variada posiblemente por su elevado uso). Imbécil puede ser sustituido eficientemente por estúpido, lelo, bobo, idiota, memo, tonto, patoso, ridículo, engreído, presuntuoso, cargante, deficiente, estúpido, cretino, simple, inculto, ignorante, cateto, estulto, estúpido, tonto, subnormal, torpe, zopenco, mentecato, majadero, engreído, presuntuoso, petulante, fantasma, gaznápiro, necio, pelele, gilí, sandio...
Finalmente reflejaré aquí la inquietante sensación que me invade a estas altura del artículo: la incómoda sensación de ser un tanto "imbécil" por escribir a estas horas de la tarde un artículo que nadie me pide, sin pretexto alguno; sólo alimentado por el puro placer de jugar con la escritura, por entrenar la redacción bajo condiciones imprevistas; porque sí. Seré imbécil...