¡Hola a todos! ¿Qué tal? Hoy tenía pensado traeros una reseña, pero cuando he llegado a casa me esperaba una maravillosa sorpresa que TENÍA que enseñaros -no solo porque tenía que hacerlo de verdad, sino porque es súper chachi, ya veréis-. Se trata de mi regalo del Papá Noel Invisible que organiza Beleth todos los años y en el que yo participo por tercer año no consecutivo (es una larga historia). Yo regalaba a una señorita que todavía no ha recibido entero el regalo así que me mantengo callada, pero hoy mismo una caja llegaba a mi casa. ¿La culpable? La maravillosa Neus de Sin libros no soy nada. ¡Muchísimas gracias guapa! Ahora sí... ¡dentro fotos!
(Antes de nada, GordoNoël es mío de toda la vida y si no me equivoco es del Corte Inglés, que ya sé que queréis uno). Cuando llegué a casa, me encontré con esta caja encima de la cama y enseguida cogí el móvil para ponerme a echar fotos. Ya sabéis que la cámara no engancha con el ordenador así que tuve que hacerlas con el iPhone
Después de forcejear durante unos largos minutos (LARGOS COMO UN DOLOR) me encontré eso que veis arriba. Muchos marcapáginas, un lapiz y una regla monísimos, una cartita, muchos Chupa-Chups... y dos paquetitos. Dos paquetitos que por consistencia, grosor y tamaño... no podían ser televisores de plasma. Ahí fue cuando comencé a sospechar que serían libros. Y...
... eran libros.
¡VUALÁ (ole ahí el B1 de francés que se note)! Posiblemente dos de los libros que más deseo desde hace más tiempo. Uno era Tenías que ser tú, de Susan Elizabeth Phillips, primero de la saga de los Chicago Stars y orgulloso portador de un buen par de tetas
Esto es todo. ¿No os encantan mis regalos? Me han hecho muchísima ilusión, y la cartita es un amor. La experiencia ha sido genial, tanto pensar y preparar el regalo como recibirlo, incluso esperar por él pensando que nunca llegaría. Muchísimas gracias a mi amiga invisible por el regalo y a Beleth por organizar todo el percal y cuidar de que nada malo pasase. Sobra decir que me apuntaré el año que viene sin faltar.